Otros viajeros

0

Cuba 2011

Adan Nieto
Adan Nieto refleja en este post sus impresiones sobre la isla y sus gentes
Cuba
Fotos de: Adan Nieto
Cuba es una herida en la historia de América. La ilusión que se tiene cuando uno es niño se parece a la inocencia que se puede encontrar en las calles de la Habana. Donde también está la dureza, el hambre, y la necesidad de una historia inacabada, de un proyecto humano cambiado a la realidad más cruda. La gente sonríe, pero sonríe desde la tristeza, desde el cansancio, desde algo que querían que fuera para siempre y que no fue. Obligados a seguir, a aguantar, a combatir. Primero contra la dictadura en la revolución, y luego contra el duro dictado de una persona parada en el tiempo, incapaz de comprender los cambios, sin generosidad hacia la gente que combatió con él, y que después ha olvidado. Ha olvidado al pueblo, a los hijos, a las madres. Ha olvidado el hambre contra la que luchó, y por último se ha olvidado a sí mismo. Ha olvidado al líder, al intelectual, al humanista. El primero en cambiar la historia sometida del nuevo continente. El último en dar más importancia a las ideas que a las cosas. Muchos años después han venido el resto de países de América Latina a sumarse a este movimiento, a cambiar poco a poco su propia historia, con el paso a la democracia. Pero Cuba parece instalada entre la memoria y el olvido. La memoria de los mayores, el olvido de los jóvenes. Sin poder ir hacia delante ni hacia atrás, como una bella estatua en mitad de una plaza vacía. Y sin embargo (y con él) sonríe. Sonríe desde la tristeza de haber tenido algo y haberlo perdido. Y sin embargo, haberlo tenido. Sonríe desde el hambre, desde la falta, desde la historia, desde la belleza, desde la felicidad. Cuba sonríe y llora a la vez, lucha, y vive. Y finalmente, con las mismas lágrimas que lava sus cuerpos y brillan al sol, ofrece, al que visita la isla, su vida.

© Casa de América, 2024