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El volcán Pacaya

Pilar Sierra
Cercano a la ciudad de Antigua, en Guatemala, mantiene una actividad eruptiva constante
Guatemala
Fotos de: Pilar Sierra e Iker Iraizoz
El volcán Pacaya, cercano a la ciudad de Antigua y a la capital de Guatemala, mantiene una actividad eruptiva constante. Se puede sentir el calor de la lava reciente mientras se camina, por lo que la visita debe hacerse con precaución y sin salirse de las zonas acotadas. A la llegada a los pies del volcán, me apunté a la opción de tomar un caballo para la subida, pese a no ser demasiado dura. La vista está limitada por la niebla y muestra un paisaje marrón grisáceo salpicado de verde por la vegetación que lo rodea. Una vez en los alrededores del cráter, hay que ceñirse a las zonas que indican los guías para evitar la lava aún sin solidificar. Cuando lo visité, este volcán había sufrido una gran erupción que mantuvo al país en vilo y acabó con la vida de dos personas, un periodista y su acompañante que se habían acercado a cubrir la noticia. Es por ello que durante mi visita el terreno era inestable y mantenía una alta temperatura, tanta que al agacharse para tomar fotos había que darse prisa para no acabar chamuscados. Yo no fui lo bastante rápida y se me derritió el chubasquero de plástico. Incluso, se puede probar a insertar un palo en la tierra y veremos cómo comienza a arder por las altas temperaturas que conserva el terreno. El descenso, ya a pie, es todo un reto para el equilibrio pero se hace muy rápido. El calzado resbala por la ceniza y la arena, y nos hace recorrer la ladera a trompicones, puede que incluso rodando si no logramos agarrarnos a algo antes de caer. Y si la lluvia nos sorprende, es probable que bajemos algún tramo deslizándonos sobre nuestro trasero.  

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