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Entre las montañas y el mar

Cristina Zabalaga
Al pie de la Sierra Nevada, la montaña costera más alta del mundo
Taganga, Colombia
Fotos de: Cristina Zabalaga
Por una carretera que avanza en paralelo a la costa, ondulándose en cada curva pasamos por Arroyo de Piedra, las Tres Marías, los Cocos, Puerto Colombia y llegamos a Barranquilla.  Después de atravezar la Ciénaga está Santa Marta, entre las montañas y el mar. A quince minutos de Santa Marta en minibus está Taganga. Taganga es un pueblo de pescadores situada en una bahía al pie de la Sierra Nevada. Es conocida por las imersiones de buceo baratas, los hippies que decidieron quedarse a vivir aquí, los aventureros a punto de partir hacia Ciudad Perdida, y los turistas que buscan playas de arena blanca y mar cristalino en el Parque Tayrona. Después de un día buceando aprendo que para volverse instructor hacen falta 600 imersiones y hasta existen relojes que miden la cantidad de nitrógeno en el cuerpo. Cuando buceas el cuerpo se llena de nitrógeno, por eso no conviene salir y entrar muchas veces seguidas porque se pueden formar bolas en el cuerpo y eso es mortal. En Taganga hay de todo: playa, corales, rocas, arena, arrecifes, perros, niños sin zapatos, calles de tierra que se vuelven intransitables cuando llueve, duchas rápidas de agua fría, una farmacia con aspirinas, pan alemán con mermelada casera. Y también hay gente bacana, lluvias torrenciales, tormentas, atardeceres en tecnicolor y barcos que venden mero, mojarra, pargo y robalo. Camino al aeropuerto de Santa Marta, el taxista que nos lleva nos alcanza un recorte de periódico. Lo desdoblamos y así nos enteramos que hace poco abrieron la Casa Museo de García Márquez en Aracataca, Magdalena. La tierra de sus abuelos y donde el escritor pasó su infancia. En el recorte dice que la casa recrea meticulosamente los espacios como García Márquez los recuerda, y el taxista añade: está igual igual a la casa de los Buendía en Macondo.

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