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Laguna Verde, impactante soledad

Tercera parada en Chile: el desierto y la cordillera de los Andes
Laguna Verde, Los Andes, Chile
Fotos de: Alejandro Blanco
Frío, mucho frío. Por estos lados el sol no calienta, se siente cerca, pero no calienta nada. Tal vez sin viento lo haría, pero ¿hay días sin viento por acá? El problema es que no hay a quién preguntarle. Por acá no hay pueblos ni caseríos. Laguna verde queda a 4.300 metros de altitud, metida en medio de la Cordillera de los Andes, a unos pocos kilómetros de la frontera con Argentina. A los pies del volcán Ojos del Salado, el más alto del mundo.   Su soledad, frío y altitud han permitido que este lugar se mantenga como está hoy: impoluto. Muy poca gente viene por acá, sólo exploradores y montañistas. Todos llegan hasta las mineras que se encuentran kilómetros más abajo. Yo me aventuré a venir en Octubre, en dos autos por si uno fallaba. En cada kilómetro avanzado iban apareciendo nuevas formas en las montañas y majestuosas vistas. Alguno que otro animal y la cálida recepción de los únicos seres humanos por estos lados, un grupo de tres carabineros quienes tienen la misión de “hacer frontera”. Pero como avanzan los kilómetros, también avanzan las horas y llega la noche. Si en el día el viento hace bajar la sensación térmica, en la noche la cosa se pone grave. El frío congela hasta los pensamientos.   Laguna Verde es un viaje casi reflexivo, no hay nada más que una inmensa soledad, acompañada de increíbles paisajes. Desde Santiago, la capital, se necesita al menos 4 días, un buen auto, una buena parka, un buen saco de dormir y por sobretodo una buena cámara de fotos.

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