Otros viajeros

Llegamos a Chiapas de manos de Manu y Bea, que siguen cumpliendo su sueño ahora al otro lado de la frontera
Palenque, Chiapas
Fotos de: Manuel Mestre y Beatriz Bañón
Llegamos a Palenque en un autobús que tenía el tubo de escape por dentro. El humo negro no impidió que pegados al vidrio, observáramos el mejor paisaje hasta el momento. La carretera serpenteaba por lo alto de los cerros mostrando por debajo una selva extensa, impenetrable en la vegetación. Nos quedamos en el Panchán, una parte de la selva Lacandona, hogar de jaguares y tapires. No sabes como llovía. Dormimos en cabañas a pie de río donde por la mañana los monos nos despertaban arrojándonos huesos de frutas y aullidos endemoniados. Por las noches teníamos música y espectáculos de fuego para nuestra delicia. El parque nacional esta declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Palenque significa valle de madera. La ciudad floreció en el siglo VII D.C. Esta vez si que agarramos guía, el que nos contó que la ciudad maya se creo con el dominio de Pakal. El mismo diseñó su propia tumba y lo enterraron vestido en joyas de jade. El jade simboliza el verdor del agua, el contacto con la naturaleza y la fertilidad. Los reyes vestían con piel de jaguar y plumas de ave. Al nacer les entablillaban la cabeza para conseguir así una frente plana, símbolo de belleza. Los mayas tenían contacto directo con la muerte y los soberanos eran enterrados con sus propios sirvientes, pintados de rojo y con maíz en la boca. Pensaban que renacían en arboles frutales para proteger a sus progenitores. Tenían un calendario con meses de 20 días y uno de 5. los meses se llamaban cosas como siembra del maíz, lluvia constante, cosecha del maíz. Los mayas en vez de quitar el corazón como los aztecas, simplemente arrancaban la cabeza. Aunque las ruinas han sido saqueadas durante siglos, algo se puede ver en el museo. Entre las edificaciones destacan el templo de las inscripciones donde descansa Pakal y la pirámide del chaman que aparece reprensentado fumando hongos alucinógenos. Los templos simbolizaban lugares míticos donde los dioses habían nacido. Todav{ia quedan muchos misterios sin resolver como la serpiente esculpida de influencia china, y la lápida de la tumba de Pakal, que puede parecer que pilota una nave espacial. México es como cruzar una frontera escuchando los gipsy king en un taxi sin matrícula, un perro amarrado ladrando, una iglesia de la santa muerte, el icono de la virgen María con pistolas y cartucheras, salsa habanera y cascadas escondidas esperando que las encuentren. Nos despedimos de Chiapas como un plus en el viaje, como un regalo inesperado al que no teníamos programado ir. El camino es lo que tiene pero ya hay que empezar a ir bajando, volvemos a Guatemala y pronto hacia Ometepe donde quedamos con Angel y la Garita.

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