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Pampas del Río Yacuma

Cristina Zabalaga
Navegando entre cocodrilos, pirañas, capibaras y bufeos
Bolivia
Fotos de: Cristina Zabalaga
Después de tres horas en jeep por un camino de tierra al noreste de Rurrenabaque está Reyes y luego Santa Rosa de Yacuma. Nos subimos en un bote a motor y navegamos casi cuatro horas por el río Yacuma hasta llegar al campamento. En las márgenes del Yacuma vemos cocodrilos, capibaras, monos, tortugas de agua, garzas blancas y de cabeza negra, pájaros Serere, y águilas. Entre mayo y octubre es época seca. Es la altura ideal para visitar las pampas porque hay menos mosquitos y se pueden ver más animales, todos bajan al río a beber agua, dice Juan Carlos, nuestro guía. Desde que asfaltaron la pista del aeropuerto de Rurre llegan más turistas, cuenta Juan Carlos, antes cuando la pista era de tierra el aeropuerto se cerraba con las lluvias. Y es que Rurre está entre la selva y las pampas, ahora llegan hasta ocho vuelos al día desde La Paz. Desembarcamos en el campamento y ayudamos a llevar los víveres y las bebidas. Desde Rurre traen todo, hasta los pañales del hijo menor de Rosa, la cocinera. El campamento son cabañas de madera construidas en altura porque en época de lluvias el río se desborda inundándolo todo. Los responsables del campamento son Rosa y su marido. Los dos son de Reyes y tienen hijos pequeños, por eso se pueden permitir vivir lejos del pueblo, aunque Rosa sabe que en dos años tendrán que volver a Reyes porque a su hija mayor ya le toca ir al colegio. Al día siguiente salimos al amanecer para pescar pirañas. No siempre hay suerte. Para distraernos Juan Carlos nos cuenta que los cocodrilos que vimos petrificados en el camino regulan su temperatura descansando con la boca abierta, y que las capibaras pertenecen a la familia de los roedores. Así me entero que la capibara es el roedor más pesado y más grande del mundo, y es una especie propia de América del Sur. A la vuelta hacemos una parada en la playa de bufeos (delfines de río), algunos se animan y se lanzan al agua, yo decido quedarme en el barco porque en el río no sólo hay bufeos, sino también cocodrilos y caimanes, por no mencionar a las pirañas.   Cristina Zabalaga estudió Periodismo en Madrid y trabajó en la agencia EFE y en otros grupos de comunicación. Luego se trasladó a Bruselas donde trabajó en la Comisión Europea, entre otras instituciones europeas. Cristina se especializó en Comunicación Intercultural en Lovaina, y en Literatura Comparada en Kiel. Actualmente prepara su segundo libro, una novela de viajes basada en un recorrido alrededor del mundo que empezó en la India. Su fotoblog viajero es http://imaginationencirclestheworld.wordpress.com  

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