A mi llegada a Ecuador, se abre el cielo y veo el Cotopaxi nevado, con su cima casi descubierta. Luego, una vista de mi ciudad en medio de montañas, llena de luz. Esta aventura por mi tierra empieza en Quito, ubicada a 2.810 mts. de altura en la Mitad del Mundo. Declarada en 1978 como la primera ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la UNESCO, hoy es la Capital Americana de La Cultura 2011. Quito es una ciudad que está ubicada entre montañas, a las faldas del volcán Pichincha, ciudad alargada, dividida y sectorizada, norte, centro y sur, rodeada de valles, siendo el Centro punto neurálgico y característico de esta ciudad. El Centro Histórico, rico por su gran diversidad de arte religioso, pictórico y escultórico, es lugar de imprescindible visita. Caminar por sus estrechas e irregulares calles es entrar en un laberinto de incalculable belleza, un sube y baja de callecitas estrechas y empedradas. Sus fachadas blancas y balcones, siempre decorados por geranios multicolores que llenan de alegría y colorido a esta parte de la ciudad, caracterizan la arquitectura de la parte Colonial. Es lunes y en mi visita coincide con el cambio de guardia de los Granaderos de Tarqui, grupo especial del Ejército que conforman la Escolta Presidencial y resguardan la entrada del Palacio de Carondelet. La Plaza Grande, se colma de curiosos, turistas, vecinos quienes no nos queremos perder este acto, mientras degustamos golosinas, guayabas y colaciones tradicionales, como las quesadillas, que son mi debilidad. Seguimos por la calle García Moreno, calle de las Siete Cruces. Junto al Palacio de Carondelet, Palacio Presidencial, está el Centro Cultural Metropolitano, la Catedral ubicada en la Plaza de la independencia, Monasterio de la Concepción, El Sagrario y la Compañía de Jesús, iglesia construida por la orden de los jesuitas entre 1605 y 1765. Su fachada es de arte barroco, hecha de piedra volcánica. Cada espacio está lleno de motivos como flores, ángeles, arcángeles, símbolos eclesiásticos y varias imágenes religiosas, al interior, hecha en ladrillo y piedra cubierto en su totalidad de pan de oro. Fue realizada a manos de la Escuela de Arte Quiteño. Cada vez que visito la Compañía, desde niña, me conmueve. Por la calle Sucre subimos a la Plaza de San Francisco, donde se ubica su Iglesia y Monasterio. Seguimos por la Chile llegando al mercado de La Ipiales, Centro Comercial Popular del Centro, donde está la Iglesia del El Carmen. Desde cualquier punto se divisa hacia el sur, la imagen de la Virgen de El Panecillo, virgen con alas de ángel y hacia el norte la cúpula de la Basílica. Quito no deja de sorpender en cada uno de sus rincones, su gente siempre atenta, amigable, sencilla. Imposible no enamorarse de Quito...