Ecuador está dividido en 4 regiones cada una muy diferente y que se distingue por su topografía, su diversidad natural, cultural y ecosistema único en cada una de ellas, convirtiéndolo en el país con mayor biodiversidad del mundo por kilómetro cuadrado. Sin duda, el Oriente / Amazonía, es único. Su vegetación, sus bosques tupidos, su diversidad en flora y fauna, hacen de ésta la zona más exótica del país. En busca de este verdor y aire puro partimos desde Quito, centro siempre de toda aventura. Empezamos desde el sur de la ciudad vía Latacunga-Baños. Una ciudad situada en la Sierra del país y la segunda situada en un valle con cascadas de aguas termales junto al volcán activo Tungurahua (garganta de brasas) o “Gigante Negro”. Baños de Agua Santa, es una pequeña ciudad turística, entrada al Oriente, con mucha actividad, sus termas naturales y deportes de aventura la hacen uno de los destinos favoritos del país. Es curioso y característico cómo en la ciudad se encuentran pequeños molinos a motor de caña de azúcar, igualmente cómo en puertas de casas y negocios se estira la melaza (azúcar moreno sacado de la caña) para hacer melcochas y alfeñiques, dulces típicos de Baños. Desde aquí empezamos a descender hacia la Provincia de Napo por orillas del Río Verde. Hacemos una caminata hacia el “Pailón del Diablo”, es una cascada impresionante de 80 mts. de altura, se logra divisar, una vez que bajamos el sendero, una parte de ella desde el puente colgante. La caída del agua es tan fuerte que se puede estar frente a ella por corto tiempo, sumado a ello cae un aguacero propio de esta zona, una lluvia permanente que dificulta nuestro retorno por el sendero, luego de casi una hora llegamos sanos y salvos. Seguimos la ruta hacia el puerto Misahualli a orillas del Río Napo. En el camino vemos cómo el verdor de la vegetación cambia conforme llegamos al Oriente. Desde Misahualli, hay varias rutas en canoa por el Río Napo, adentrándose así en parte de la selva tropical secundaria ecuatoriana. Es común convivir en el pequeño pueblo, plaza, calles, orillas del río, cabañas con monos, serpientes, mariposas, pájaros, una experiencia única. Regresamos, subiendo a la Sierra por la carretera de Papallacta, ubicada entre Baeza y Quito. Zona también de balnearios de aguas termales volcánicas, también muy rica en su biodiversidad. Terminamos nuestra vuelta en Quito, ¡vaya dosis de aire puro! Dicen que la Selva te atrapa, sin duda te atrapa con su belleza.