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Nada es lo que parecía: Internet ha configurado un nuevo ecosistema de informaci

Nada es lo que parecía: Internet ha configurado un nuevo ecosistema de información

Mario Tascón

Por Mario Tascón, periodista

Apenas un par de años después de que Tim Berners Lee lanzara la World Wide Web, y coincidiendo casi con la aparición del primer navegador web, en el primero de enero de 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) inició su insurrección en varios municipios del Estado mexicano de Chiapas. Todo el mundo pensó en una revuelta campesina más, pero en realidad, y sin que nadie se diera cuenta en aquel momento, también comenzaba uno de los primeros “conflictos en red” y se inauguraba una nueva forma de comunicar en el que sería en poco tiempo el medio de comunicación (además de canal de transporte de datos) más importante de finales del siglo XX y de comienzos del XXI: internet. Para reforzar la importancia de la fecha citada y contextualizarla me permito señalar que en aquellos mismos días un poco más al norte, en California, se ponía en marcha el buscador Yahoo! y que en el propio México un periódico, Reforma, rompía con la tradición mexicana de la prensa impresa de no editarse los festivos, y salía el 1 de enero coincidiendo con la aparición pública de los zapatistas. El ecosistema informativo convencional se agrietaba. Por primera vez en la historia los insurgentes se sirvieron de la red como un altavoz independiente de los medios convencionales, que les ayudaba a transmitir información sin mediadores. Fue una sorpresa porque lo que inicialmente buscaban era llegar a esos medios y a través de ellos al público, pero de repente se encontraron con que sus mensajes alcanzaban directamente a otras personas y que los propios periódicos y televisiones rebotaban la información que publicaban en aquellas primitivas webs de una forma nunca vista hasta entonces. Sus seguidores en todo el mundo también empezaron a utilizar la red para estar en contacto entre ellos. Una revuelta local en la selva se convirtió en un fenómeno global en pocos días. Este importante hito ya contenía nueve características que luego se han descubierto sistémicas en los cambios de la comunicación que han venido dándose desde entonces:

1. Cualquiera podía convertirse en editor de un medio de comunicación con muy poco esfuerzo. 2. Las herramientas de producción informativa (físicas y virtuales) se democratizaban al bajar el precio y ser mucho más accesibles, a la vez que cada vez eran más poderosas. 3. La red ya se mostraba como un canal nuevo, pero nuclear, en el ecosistema de los medios de información y entretenimiento. 4. Los mecanismos de agitación social y de producción de información daban un salto cuantitativo y cualitativo. 5. Los mensajes pasaban a ser, de verdad, globales, y parte de la escritura devenía pública aunque no se pretendiera. 6. La velocidad a la que un mensaje se transmitía al público se convertía en casi instantánea, se daba en tiempo casi real. Internet se convertía en el ojo de la cerradura por la que ver el mundo en cualquier momento, en cualquier circunstancia. 7. La cantidad de información creciente convertía a los distribuidores de la misma (portales, buscadores y, posteriormente, redes sociales) en elementos clave con tanta o más importancia que los creadores de contenido. 8. La capacidad de difusión de información no está relacionada con la veracidad del contenido. 9. De un contexto de información a cuentagotas se pasaba a la explosión informativa y a un exceso de demanda que había anunciado Richard S. Wurman en su libro Ansiedad de Información. En paralelo a los zapatistas y su uso de la red, Yahoo! empezaba a demostrar que podía existir una posición importante para quienes consiguieran ser la puerta de entrada de aquel mundo que recién emergía:  afloraba la idea de los portales de la red, un lugar único de ingreso al universo de la información, como principal punto de distribución del tráfico. Las metáforas siempre han cumplido un importante papel para hacer más comprensibles conceptos nuevos, y esta de tener una página que actuase como la entrada para acceder a un nuevo universo se mantuvo muchos años: todo el mundo quería ser el portal por el que se accediera al universo digital. Bancos, medios, operadores de telecomunicaciones y buscadores pensaban que si conseguían controlar la “puerta” tenían más oportunidades que si solo tenían partes del interior de ese mundo. No en vano por la puerta habría de pasar todo el mundo. Tiempo después, como suele pasar con las metáforas, esta pasó a estar obsoleta porque la gente a internet entra por las ventanas, por el tejado o directamente “teletransportada”. De aquellos portales que parecían un zoco árabe llenos de cualquier cosa (noticias, loterías, correo…) pasaríamos luego a una simple caja de búsqueda (Google) con un botón, pero quedaban años para aprender. Esta edad de oro de los portales, a imitación del éxito que parecía tener Yahoo!, afectó a los medios de comunicación que pensaron que ese era también el camino y empezaron a construir nuevas marcas asociadas a información, servicios y herramientas de comunicación como el correo electrónico o sus propios portales de acceso. Quizás hubo un deseo de redención de los viejos pecados de las marcas clásicas buscando llegar al mercado con otras nuevas, impolutas, para desarrollarse en internet, donde todo estaba por estrenarse e igual podían vivir sin la penitencia por los pecados originales que ya arrastraban. Mientras, los operadores de telecomunicaciones lanzaban webs como Terra en España, algunos emprendedores latinos y la banca norteamericana se agrupaban en torno al portal panamericano StarMedia, los medios de comunicación promovían o participaban en otros nuevos sitios siguiendo la estela de Yahoo!, como ABCVía[1] (diario ABC en España), Brasil Online (lanzado por el grupo editorial Abril y hoy una de las empresas del grupo Folha), Inicia[2] (grupo Prisa) y tantos otros. Todos esos portales colocaron la información como uno de los “ganchos” que vendían en sus páginas de inicio para ganar audiencia y desarrollaron áreas enteras y redacciones completas, algunas más grandes que las convencionales de los medios. Años después casi no quedan restos de estas marcas. Starmedia acabó sus días sumido en deudas, ninguno de los otros citados existe, ni siquiera el que, por ser propiedad de la poderosa multinacional española Telefónica, fue el que más probabilidades tuvo de tener un éxito continuado: Terra, que en el 2017 cerró[3] definitivamente su actividad en todos los países en los que operaba. Lejos quedaban aquellos días[4] en los que las expectativas de futuro y de negocio de lo que se vislumbraba como los nuevos medios de comunicación y, a la vez, grandes almacenes del futuro, hacían saltar por los aires las previsiones más optimistas. De valer en bolsa más que las grandes empresas a, apenas 15 años después, no valer nada. De que los periodistas se resignasen a pensar que “el contenido es solo mercancía”, como declaraba Fernando Espuelas, fundador de StarMedia, soberbio por la atención e inversiones recibidas en su proyecto tecnológico, a que pareciera, de nuevo, que el contenido podía tener valor.

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[1]ABC presenta cinco portales especializados en ABCvia.com www.pcworld.es/archive/abc-presenta-cinco-portales-especializados-en-ab… [2]El Grupo PRISA lanza el portal Inicia con voluntad de liderazgo en el mundo hispano https://elpais.com/diario/2000/03/01/sociedad/951865213_850215.html [3]Una era llega a su fin, Terra cierra sus puertas www.eluniversal.com.mx/articulo/techbit/2017/06/30/una-era-llega-su-fin… [4]Los directivos de Terra ganan 4.496 millones con la salida a Bolsa elpais.com/diario/1999/11/16/economia/942706809_850215.html

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