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Mi vida con Carlos

Germán Berger-Hertz

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22/06/2011. Después de la proyección de la película, que pertenece al ciclo de Casa de América 'Los martes del documental', el pasado 21 de junio de 2011 tuvo lugar un diálogo con el director, Germán Berger-Hertz, y la periodista Violeta Medina. Chile-España 2009 / 83’ Dirección: Germán Berger-Hertz. Guión: Germán Berger-Hertz, Joaquim Jordà, Roberto Brodsky. Sinopsis: En 1973, el abogado y periodista Carlos Berger fue asesinado por el régimen de Pinochet. En tres días, setenta y cinco presos políticos fueron “secuestrados, torturados y ejecutados y, en muchos casos, sus cuerpos desaparecieron; como en el caso de mi padre”. Germán Berger, el hijo, no ha sabido mucho de su padre, el cual murió antes de que él cumpliera un año de edad. La familia sólo hablaba de Carlos como un icono político, nunca como persona, como un hermano, un esposo o un humanista. Mi vida con Carlos es la búsqueda personal, por parte del hijo, de la memoria de su padre asesinado, revisando y revalorando la reciente historia y el presente de Chile a través de las vidas de una familia concreta. Es la historia de un drama familiar que refleja el drama de todo un país. Fecha: martes 21 de junio. Hora: 19.30. Entrada libre hasta completar aforo. Ciclo Los martes del documental El cine documental es uno de los principales valores de las cinematografías de América Latina. Crece cuantitativa y cualitativamente su producción en casi todos los países del continente. Avalados por incuestionables méritos artísticos, los documentales latinoamericanos han generado y continúan generando un potente espacio que propicia la reflexión y el debate tan necesarios en la sociedad actual. La diversidad de contenidos y, en particular, la pluralidad de los posicionamientos frente a las múltiples y complejas realidades sociales y políticas que abordan una gran parte de los trabajos, despierta cada vez más el interés y reconocimiento de amplios sectores del público y la crítica. No puede hablarse hoy en el cine documental latinoamericano de tendencias o de movimientos, sino de autores que hacen de la libertad su principal herramienta y que libremente han optado por la no ficción para hablar de todo aquello que les motiva. Casa de América quiere dar mayor visibilidad al cine de no ficción realizado en Iberoamérica, dentro de la programación que exhibe regularmente en la sala Iberia.
Cuando decidí hacer esta película pensé desarrollarla a través de la ficción. Trabajar con actores me pareció en principio lo más apropiado. Sentí que mi punto de vista era íntimo, subjetivo y parcial, por ende se acercaba más a un relato ficticio que a uno documental. Fue Joaquim Jordà (co-guionista) quien me convenció de atreverme con los protagonistas reales de la historia, que ellos representaran sus vidas y que mi punto de vista subjetivo se plasmara a través de ellos mismos, a través de mi mirada. Entendí que esta historia debía hacerla con los personajes reales y no con actores. Los protagonistas de la historia estaban vivos y sin duda la potencia de film sería muy diferente si lograba que ellos transmitieran sus emociones y vivencias. Quien mejor que ellos mismos podían romper su propio silencio. Las posibilidades eran altas, pero también los riesgos. Tuve que vencer yo mismo, antes que nadie, mis propios miedos. Fue entonces que abracé una vez más este extraño género del documental creativo, este cajón de sastre donde entran todos los relatos no estructurados mediante una historia de conflicto central.(…) (…) Hacer esta película me significó un esfuerzo personal muy grande.Tuve que desnudar mis emociones, mis dudas, mis inseguridades. Tuve que someter a mi familia a una catarsis y obligarles a romper el silencio. Yo pensaba que este proceso era muy necesario para nosotros, que lograríamos recuperar a Carlos como persona y que finalmente, todo este esfuerzo emocional se transformaría en una película íntima y universal. Tuve que convencerlos para que representaran sus propias vidas. Ellos finalmente accedieron. No sé si convencidos, o simplemente, lo hicieron por mí.Las dudas y los miedos estuvieron siempre rondando este proceso. La dualidad de roles fue uno de los grandes desafíos para mí. Debía tener la capacidad de estar dentro de la historia con cercanía y honestidad, y a su vez, precisaba de la distancia necesaria para depurar mi mirada como director. Mi objetivo fue siempre hacer una película, no una terapia familiar. Entre esos dos universos transité para hacer este film. La tarea no fue fácil. La fragilidad de las historias íntimas lo hace todo muy complejo. Buscaba esa delgada y delicada línea, que traza en su justa medida la emoción limpia y austera de un relato, que debe lograr ser categórico y transmitir verdad. Sin embargo el peligro de la emoción fácil y cursi estaba ahí, muy cerca. Depurar el relato y lograr una estructura narrativa equilibrada, entre lo estético, lo emocional y el propio contenido de la historia, fue un trabajo largo y complejo. El proceso de montaje duró más de un año y siempre tuve el convencimiento de que podríamos construir una historia profunda, bella y vital. Capaz de recuperar la memoria, de transmitir con fuerza y cabalidad el horror de la injusticia y el crimen. A su vez, el desafío era también poder contar a través de un relato familiar, la historia de miles de chilenos y de cientos de miles de personas a lo largo del mundo. La película está hoy terminada. Estos trabajos pueden alargarse eternamente, porque nunca terminan de estar del todo cuajados. En lo personal me siento tranquilo y seguro de haber logrado transmitir al menos una cosa: basta una muerte violenta en una familia para que el entorno social de la víctima quede marcado para siempre. La muerte se vuelve eterna, inolvidable y se reproduce en todos sus parientes. Si esta película logra que al menos una persona entienda esto, habrá valido la pena.
Nace en Santiago de Chile en 1972. Se titula como periodista en la Universidad Diego Portales y se licencia en Arte y Estética en la Universidad Católica de Chile. En Chile trabaja como periodista para la T.V. (TVN y canal 2) y realiza varios cortometrajes destacando Hincha pelotas y Eros. En 1997 viaja a Barcelona, ciudad en la que actualmente reside. Allí realiza estudios de Cine en el CECC (mención en Dirección y Montaje) y cursa un máster en Documental de Creación en la Universidad Pompeu Fabra. Su primer trabajo es Esmorzar, cortometraje de ficción en súper 8mm, seleccionado en el Festival de Sitges. Después realiza Todo lo sólido, mediometraje seleccionado en más de veinte festivales internacionales. Ganador del Premio a la Mejor Banda Sonora en el Festival Internacional de Sitges y producido por Grup Cinema Art. Ha realizado más de treinta documentales para televisión y la editorial Planeta, destacando la serie documental Cambios, ganadora del premio Ciudad de Barcelona 2006. En 2001 filma en Holanda Viaje a Narragonia, su primer largometraje documental en 35mm, distribuido por Sherlock (España) y exhibido en doce ciudades españolas. La película estuvo en varios festivales internacionales destacando su participación en la sección oficial de Karlovy Vary, Madrid, Huelva, Roma y Toronto. Estuvo además en la preselección de los Goya 2004. Mivida con Carlos es su segundo largometraje, y ha sido distinguido con los premios: Mejor Película Documental y Premio del Público en el Festival de Biarritz, Francia 2009; Mejor Película, Premio del Jurado y Premio del Público en los Encuentros de Cine Sudamericano de Marsella, Francia, 2010; Mejor Película Documental en el Festival Latino de San Diego, Estados Unidos, 2010; Mención del Jurado, Festival de Málaga – Cine Español, España 2010; Mejor Película Documental en la Muestra de Cine Latinoamericano de Cataluña, España 2010. Además, formado parte de la selección oficial del Festival de Rotterdam, de Gotemburgo. Ha estado también en la sección Hot Docs del Festival de Toronto, Canadá 2010.  

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