Otros viajeros

Comienza aquí una serie de publicaciones semanales sobre Bolivia, Brasil, Uruguay, Argentina y Francia
América Latina
Fotos de: Mario Daniel Villagra
Vivir con personas de otros países me acerca a nuevas culturas. En los últimos cinco meses, saliendo de Argentina, viví en Bolivia y Brasil. Digo viví, y no que solamente estuve, puesto que en cada país trabajé para poder, valga la redundancia, vivir. No sé si el trabajo dignifica. En mi viaje, mi trabajo posibilita responder a mis necesidades: techo,  comida, trasporte y ocio. ¡El viaje, sin el trabajo, sería imposible! Ellos me acercaron al cotidiano de los lugares donde vivo. De todos los grandes pensadores de América, Simón Rodríguez, maestro de Simón Bolívar, es la referencia para definir una posible pedagogía del viaje. Viajando juntos por Europa, comienzan a visualizar la libertad para los americanos. En el punto en que hay dos sujetos que quieren conocer, mediados por un mundo por conocer, es donde la pedagogía del viaje se relaciona con la pedagogía del oprimido, de Paulo Freire. Se puede decir, entonces, que el viaje, como mudanza y transformación, es una experiencia fecunda para el aprendizaje. En posible que en ese diálogo (en y con el mundo), en el viaje a pie que mantuvieron Rodríguez y Bolívar en 1805, nace la idea de liberar América del dominio español, aunque abrazaran su lengua que hoy nos habita y habitamos. ¿Sabe cómo fue ese instante de juramento? Para adentrarnos a la respuesta, vale aclaran que en aquel entonces Bolívar y Rodríguez tenían 21 y 35 años, respectivamente. Y que en Italia Napoleón Bonaparte se coronaba como rey, celebración que ellos presenciaron al pasar por Roma. Sin embargo, fue en la ciudad de Milán donde hicieron el juramento. Según señala el blog El pedagogo es el viaje, Rodríguez relata de ese momento: “Luego Bolívar, volviéndose hacia mí, húmedos sus ojos, me dijo: Juro delante de usted (…) que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta que no haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”. Por su parte, Bolívar recordaba: “Abrazándonos, juramos libertar a nuestra patria o morir en la demanda”. ¿Cuáles serían las libertades que recobrar, para esa nueva “patria” o matria, sabiéndonos mortales con o sin demanda? En el fragor del comienzo del siglo XIX, hubo entonces, en aquel viaje, un preámbulo de las luchas por la emancipación que devinieron en América. En ese momento, lejos de su tierra natal, Rodríguez y Bolívar, escribían las primeras páginas de una historia inventada y por inventar. Fue un momento fundacional de nuestra Historia, entonces venidera, y contemporánea a la vez. En un viaje, con el encuentro de otras personas, o viviendo en la presencia del lenguaje, se dialoga. Pues se pregunta por los países, las lenguas, sus costumbres; se opina sobre el paisaje, se consumen sus medios de comunicación y cultura. Para ejemplificar, basta contar una anécdota de dónde moro: sobre la mesa del living, apareció un Courrier International, un semanario en papel, que llegó desde Francia a Brasil. Lo sorprendente, era leer en francés sobre los acontecimientos ocurridos en Bolivia, opinando sobre Venezuela. A eso sumemos que, estando en Bolivia, conocía sobre los hechos ocurridos en Dinamarca, Austria, Italia, Estados Unidos y España, y con relatos en primera persona. Hay quienes podrán decir que viajando se produce un desarraigo, y que así no se puede conocer en profundidad el lugar donde habitamos. Sin embargo, sospecho de que seamos verdaderamente conscientes de que donde habitamos, es un viaje de ida: la vida. Vienen desde Uruguay hacia mi memoria dos temas musicales, pues hablan del viaje, los caminos y el pago. Uno es de Rubén Rada, “dicen que viajando se fortalece el corazón”, reza su letra. Y el otro es de Alfredo Zitarrosa, el cual recomienda no echar en la maleta lo que no vayas a usar, que “son más largos los caminos pál que va cargau demás”. Esas dos frases reflejan mi viaje y estas líneas: me fortalecen y no quiero cargar con ellas. Por ese motivo,  aquí las dejo y las suelto para ustedes.

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