cine

10 de junio

59 aniversario del noticiero ICAIC Latinoamericano

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10/06/19. Mesa redonda '1490 noticieros: 15000 minutos de historia', con motivo del 59 aniversario del Noticiero ICAIC Latinoamericano y dentro del programa 'Cuba en el imaginario audiovisual'.

Un rasgo distintivo del Noticiero ICAIC Latinoamericano desde sus primeras ediciones, es la concepción por su fundador, Santiago Álvarez, de la noticia con un carácter atemporal, buscar la permanencia de la información lo cual le confiere universalidad. El llamado cronista del Tercer Mundo con su innata intuición, aprendió sobre la marcha, junto a todo el equipo de realización, lo que convierte al Noticiero ICAIC Latinoamericano en la primera escuela de cine existente en Cuba.

“Los noticieros [Noticiero ICAIC Latinoamericano] se produjeron cada semana entre 1960 y 1990. Son documentos históricos únicos en su género, en los que se describen acontecimientos como la creciente bipolarización del mundo, las guerras de independencia de las colonias africanas y los levantamientos populares. La importancia de esos noticieros rebasa con mucho el alcance nacional, aunque incluso como archivo del proceso político cubano merecen ocupar un lugar en la memoria del mundo, por ser el archivo documental más exhaustivo de la historia de la Revolución cubana”.

Fundamentación: 
Patrimonio documental propuesto por Cuba y recomendado para su inclusión en el Registro de la Memoria del Mundo en 2009. 

Participantes:

- María Luisa Ortega, investigadora y docente.
- Fernando Pérez, cineasta.
- Víctor Álvarez, de la Asociación Cultural Santiago Álvarez.

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Con motivo del 59 aniversario del Noticiero ICAIC Latinoamericano y del centenario del natalicio de Santiago Álvarez, se rinde homenaje a la obra de uno de los más brillantes documentalistas del cine a nivel mundial. Su obra constituye un aporte fundamental al cine documental y a la memoria histórica. Ella contiene en imágenes la propia historia de la Revolución cubana. Su cámara registró con creatividad, pasión, audacia, humor y un personal sentido de la libertad, las transformaciones y acontecimientos capitales que han tenido lugar a lo largo de tres décadas, no sólo en Cuba, sino en Asia, África y América Latina. La obra de Santiago Álvarez muy pronto ocupó un lugar relevante dentro del cine documental. Baste recordar Ciclón (1963), Now (1965), Hanoi, martes 13 (1965), LBJ (1966), Cerro pelado (1966), y 79 primaveras (1967).

El Noticiero ICAIC Latinoamericano, que dirigió desde su fundación en 1960, sorprendió desde sus primeras ediciones por la nueva concepción narrativa y estética, y el sentido de renovación sin precedentes en el género. Sus más de mil ediciones registraron, casi paso a paso, la historia de la Revolución cubana, desde los grandes sucesos y transformaciones sociopolíticas, hasta el devenir cotidiano de un país inmerso en profundas contradicciones. Desde el primer noticiero, en que ya manifiesta claramente su espíritu crítico, imprime un sello renovador que acabaría por sentar cátedra y fundar escuela.

La historia del cine cubano está indispensablemente vinculada al Noticiero ICAIC Latinoamericano. En sus treinta años de trayectoria fueron producidas 1490 ediciones, que suman 15.000 minutos y resumen los principales acontecimientos históricos, políticos, sociales y culturales ocurridos en Cuba entre 1960 y 1990.

El Noticiero ICAIC Latinoamericano también constituyó una suerte de taller de formación para las futuras generaciones de cineastas cubanos que realizaron numerosas ediciones, como Daniel Díaz Torres, Rolando Díaz o Fernando Pérez entre otros, que le imprimieron -aunque fieles a su espíritu y esencia- su personal sello.

En 2009, la colección de negativos originales del Noticiero ICAIC Latinoamericano fue declarada Patrimonio Nacional de Cuba, e inscrita en el Registro de la Memoria del Mundo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Gracias a este reconocimiento internacional y el interés del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos por conservar los archivos, comenzaron las gestiones para salvaguardarlos. Luego de dos años de negociaciones con el Instituto Nacional del Audiovisual (INA/Francia), se firmó un convenio que permitió la restauración, digitalización y comercialización del material cinematográfico. Citamos a Mathieu Gallet, entonces director del INA: “En Francia el Noticiero ICAIC Latinoamericano es conocido sólo por algunos especialistas. Muchas imágenes no se han visto ni siquiera en Cuba en muchos años. Desplegaremos todos nuestros esfuerzos para que esta memoria viva sea admirada por el gran público, porque los sucesos que relata tienen trascendencia mundial”.

La selección de Noticieros que proyectará la Casa de América no responde a una simple sucesión cronológica, sino a su evolución como documento histórico que va de la éica al testimonio critico de la cotidianeidad. Una muestra de cómo el Noticiero ICAIC Latinoamericano dinamitó los límites de un noticioso para convertirse en la crónica cinematográfica de toda una época.

Santiago Álvarez (La Habana, Cuba 1919-1998)

La obra de Santiago Álvarez se distingue por el empleo de todos los recursos cinematográficos. Confluyen en ella las imágenes de archivo, la animación, el collage de música y efectos sonoros. Tradición y renovación, ruptura de las convenciones en el empleo de los géneros, todos los elementos técnicos y expresivos se revelan en sus trabajos al servicio de una idea central. Pero la verdadera significación se construye exclusivamente a partir del montaje y su particular y novedosa forma de construir el discurso narrativo, que la banda sonora subraya como parte indisoluble de la acción dramática.

Fue uno de los máximos exponentes del cine político y testimonial, en el que destaca por su búsqueda de la armónica articulación entre vanguardia política y vanguardia estética: “No se es artista revolucionario si se produce un divorcio entre contenido y forma”.

Inconformista, provocador y apasionado historiador a través de la imagen, su cámara recorrió las Américas, Asia, África y Europa para “registrar”, con su personal estilo, tanto el desarrollo de la Revolución cubana y sus momentos medulares como otros acontecimientos cruciales del siglo XX. Su contacto personal con algunas de las personalidades de la política y la cultura internacionales, como Fidel Castro, Che Guevara, Ho Chi Minh, Salvador Allende, Stockely Carmichael y Oscar Niemeyer, por citar sólo algunos nombres, le situaron como un testigo de excepción.

Como creador de una obra con un marcado partidismo ideológico, su objetivo último era llamar la atención sobre la necesidad de subvertir la realidad social, política, económica y cultural que investigaba y documentaba; transformar el cine mismo para hacer de él un vehículo que contribuyera al cambio que a sus ojos el mundo requería. Pero ese carácter probablemente “panfletario” de su cine no impide reconocer su auténtica dimensión, su elevada riqueza estética; tampoco puede cuestionarse su trascendencia afirmando que, como otras obras del cine político de su época, defiende valores puramente coyunturales, ya que su lenguaje y obra traspasan la temporalidad.

Su máxima “arte y compromiso” la plasmó no sólo en su apuesta por los movimientos revolucionarios, sino también en aquello que más sentido tenía para él: la revolución de las formas y el pensamiento, lo que aleja su cine del mero propagandismo y le sitúa a la altura de otros grandes del cine universal como Robert Flaherty, Dziga Vertov y Chris Marker.

En 1960 crea el Noticiero ICAIC Latinoamericano, que dirige durante más de veinte años. Sus más de mil ediciones registraron, casi paso a paso, la historia de la Revolución cubana, desde los grandes sucesos y transformaciones sociopolíticas, hasta el devenir cotidiano de un país inmerso en profundas contradicciones. Desde el primer noticiero, en que ya manifiesta claramente su espíritu crítico, imprime un sello renovador que acabaría por sentar cátedra y fundar escuela.

Santiago Álvarez expresó que no creía en un cine para la posteridad, pero no ha podido evitar el gran legado artístico e histórico que representa una obra única como la que él creó, que ya forma parte del patrimonio y la memoria audiovisual de su tiempo. A más de veinte años de su desaparición física, su cine no es sólo obligada referencia, sino que continúa siendo fuente de inspiración, objeto de permanente estudio y de disfrute de un cine mayor.

El Noticiero ICAIC Latinoamericano: MEMORIA DEL MUNDO

La proximidad de la celebración del aniversario número 60 de la constitución del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos y, con él, del surgimiento del nuevo cine cubano, no podemos dejar de abordar uno de sus hitos más significativos: el Noticiero ICAIC Latinoamericano surgido el 6 de junio de 1960.

El primer número del Noticiero ICAIC Latinoamericano, bajo la dirección de Alfredo Guevara, apareció en las pantallas de las salas cubanas quince meses después de la creación por el triunfante gobierno revolucionario del primer organismo estatal para fomentar el devenir del cine.

La edición inaugural era un reportaje sobre el viaje efectuado por el presidente de la República Osvaldo Dorticós Torrado por varios países de Sudamérica que se extendería a otros dos números. Fue el primero de una serie de noticieros semanales producidos ininterrumpidamente entre 1960 y 1990, recordados aún por muchos con cierta nostalgia. El objetivo rector inicial fue la divulgación de «Actualidades nacionales e internacionales», como figuraba en los créditos, con especial énfasis en el acontecer latinoamericano y todo el Tercer Mundo.

En tiempos precarios en que la programación cinematográfica por momentos no resultaba atractiva, a veces los espectadores cubanos asistían a las salas solo por el placer de disfrutar de la información vertida con tanta frescura y poder de comunicación por el equipo de realización del Noticiero, convertido en un componente mucho más interesante que la película programada. La utilización inteligentísima de todo el material disponible en el cual los hechos eran contrapunteados con informaciones culturales, deportivas y de toda índole con una óptica desprejuiciada, veraz, y un lenguaje comunicativo con algunas dosis de chispeante humor criollo, convirtieron al Noticiero en algo esperado por el público nacional semana tras semana. Veinte años más tarde, Santiago Álvarez, su fundador-director general, declaró sobre él:

«Siempre fue un noticiero muy político. Hemos tratado de hacerlo con la mejor calidad posible a través de continuos ensayos y experimentación. Después de dos décadas, podemos extraer una conclusión: no estamos contentos con lo hecho. Pero sin idealizar lo que uno quisiera que hubiese sido, llegaremos también a otra: el principio del internacionalismo ha sido constante en los temas. La presencia del Noticiero se ha evidenciado en casi todo el llamado por algunos Tercer Mundo, para trasmitir la actualidad de la noticia cuya divulgación es instrumento poderoso en la lucha contra el imperialismo. No hemos llegado a la Luna por falta de oportunidad; pero las imágenes que existen en nuestros archivos son de un gran valor histórico universal».

Daniel Díaz Torres, Fernando Pérez, Rolando Díaz, Rebeca Chávez, José Padrón, Miguel Torres y otros con menos regularidad entregaron su aporte y, en algunos casos, dieron sus primeros pasos en el cine en el Noticiero. Cada uno de ellos dejó su impronta en las ediciones que realizaron. El camarógrafo e historiador del cine cubano Arturo Agramonte, uno de sus fundadores impartía clases al relevo en esta genuina escuela, entre los que se encontraba el hoy muy reputado director de fotografía Raúl Pérez Ureta, mientras Dervis Pastor Espinosa, camarógrafo integrante del núcleo fundador, también perseguía la noticia.

Iván Nápoles devenía el colaborador más estrecho de Santiago Álvarez en el rodaje de sus documentales. Algunos de los más significativos, como ¡Muerte al invasor! (1961), en colaboración con Tomás Gutiérrez-Alea y Ciclón (1963), dirigido por Santiago, fueron números especiales del Noticiero.

Cuatro realizadores, siete camarógrafos, un sonidista, un editor y su asistente, cinco personas como personal administrativo... Tal era la pequeña nómina de un trabajo que requería agilidad y dedicación absolutas. Además de las cincuenta y dos ediciones semanales, también realizaron trabajos extras, alrededor de media docena al año. Cada número regularmente tenía diez minutos de duración, es decir, un rollo; pero, por ejemplo, algunos especiales excedieron la norma acostumbrada y para lograrlo tuvieron que trabajar sin dormir durante varios días. En relación con el tono de las ediciones, en las que el humor criollo no dejó de estar presente, expresó Santiago Álvarez en 1980:

“Trabajamos un estilo documental, que es el que en general ha caracterizado al Noticiero. Son monotemáticos, giran alrededor de ese nódulo; pueden ser variadas, pero todas las noticias gravitan en torno al mismo asunto y están ligadas al centro. Nada de mosaico ni de popurrí: hay una idea básica que se desarrolla. Tratamos de buscar la permanencia de la información»”.

Cuando el director Lázaro Buría preparaba el número 1490, que se exhibió el 19 de julio de 1990, ignoraba que esa edición cerraría abruptamente la producción del Noticiero ICAIC Latinoamericano. Su contenido se centraba en la transformación de los perfiles urbanos de la ciudad de Santiago de Cuba con la construcción de una serie de obras tales como hospitales, teatros, hoteles y la Plaza de la Revolución Antonio Maceo. La última edición de esta auténtica crónica semanal de la Revolución, incluyó además que, con motivo de la conmemoración de la fundación del Noticiero ICAIC, Santiago Álvarez había sido objeto de homenaje en la Casa del Creador de Guantánamo, por sus treinta años de servicio en el periodismo cinematográfico. También recibió el homenaje del Segundo Frente. Con motivo de todo ello, el documentalista realizó un recorrido por la provincia de Guantánamo. La caída del socialismo en Europa del Este representóel tiro de gracia para el Noticiero ICAICLatinoamericano y sus tres décadas de existencia. Ni las catorce revistas que le continuaron pudieron reanimarlo.

Hace una década los negativos originales del Noticiero ICAIC Latinoamericano fueron registrados en el programa Memoria del Mundo de la UNESCO por su gran significación histórica. Esta organización promovió esta iniciativa internacional desde 1992 con el propósito de procurar la conservación y el acceso del patrimonio histórico documental de mayor relevancia para los pueblos del mundo, además de promocionar el interés por su conservación entre los estados miembros.

Al lado de documentos históricos de gran envergadura que figure el noticiero semanal generado ininterrumpidamente en esa pequeña isla del Caribe durante tres decenios adquiere singular importancia. Otros órganos informativos similares de países del “primer mundo” no han logrado méritos suficientes para ser registrados.

A poco más de medio siglo de su surgimiento, Casa de América rinde homenaje al centenario de Santiago Álvarez, cronista del Tercer Mundo y a su máxima creación:  el Noticiero ICAIC Latinoamericano, que abarcó las actualidades nacionales e internacionales y cuya impronta no pocos añoran.

-Luciano Castillo-
Crítico e investigador
Director de la Cinemateca de Cuba

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