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Lenguas indígenas: el corazón de América Latina

El lenguaje es una de las características diferenciadoras del ser humano. Para cualquier comunidad, la lengua permite comunicarse con su entorno y explicar concepciones del mundo propias de su cultura. Desde los diferentes tipos de lluvia hasta conceptos abstractos como la “bondad” son diferentes en cada parte del mundo. América Latina, con más de 22.000.000 km², cuenta con 522 pueblos indígenas y 420 lenguas diferentes, una realidad muy compleja y que corre el peligro de desaparecer.

La aprobación de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2007 puso la necesidad de conocer y respetar la cultura de estas comunidades. Uno de los proyectos con este objetivo fue la publicación de un Atlas sociolingüístico de pueblos indígenas en América Latina, documento que reveló que Latinoamérica es la región con la mayor riqueza del mundo en familias lingüísticas. Cuenta con 99 frente a otras regiones como África, Asia del Sur y Nueva Guinea que presentan entre 10 y 27. La familia lingüística latinoamericana más extendida es la Arawak, desde Centroamérica hasta la Amazonía, y de esta proceden más de 40 lenguas distintas. Respecto a los idiomas más extendidos, siendo 103 transfronterizos (el 24,5%), destaca el quechua por hablarse en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador y Perú. Otra de las más conocidas es el náhuatl, la lengua de los aztecas y una de las más estudiadas. De esta proceden numerosas palabras en español: «tomate» (tomatl), «aguacate» (ahuacatl), «chicle» (tzictli) o «petaca» (petlacalli).

Estos datos nos hablan de un gran patrimonio lingüístico presente en América pero el peligro llega al analizar su estado: casi una quinta parte de los pueblos latinoamericanos ha dejado de hablar su lengua indígena manifestándose en que 44 pueblos utilizan como único idioma el castellano y 55 el portugués. El reflejo de esta situación también se muestra en que, por ejemplo, las lenguas de áreas como el Caribe insular están prácticamente extinguidas.

Este tipo de situaciones en varias regiones del mundo llevó a que la ONU proclamase 2019 como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas. Con el pretexto de “concienciar sobre la necesidad de su conservación, revitalización y promoción” de las lenguas indígenas se han organizado diferentes actividades relacionadas con un acervo cultural que aún tenemos la oportunidad de proteger.

 

Lenguas en peligro de extinción

El mapuzugun y el wayuunaiki son dos ejemplos de lenguas indígenas americanas en peligro de extinción. Las dos, originarias de Chile y Colombia respectivamente, entraron en contacto con el español a partir del siglo XVI y han ido dejándose de usar progresivamente pero es a partir del siglo XIX cuando su desuso se ha acelerado. Los estudios explican este suceso por una cuestión de reducción de las sociedades indígenas y la obligación de adaptarse a las instituciones gubernamentales y al desarrollo económico. No obstante, reconocen que se trata de un fenómeno muy complejo aún por estudiar.

Uno de los sucesos irreversibles relacionado con la extinción de las lenguas indígenas ocurrió en septiembre de 2018 cuando Brasil sufrió un grave incendio en su Museo Nacional. Entre los valiosos objetos quemados destacaron los registros de lenguas nativas extinguidas como el mura y el tupiniquim. Eran grabaciones de conversaciones, cantos y rituales de decenas de sociedades, entre estas, las primeras grabaciones de música indígena documentadas en la expedición de Roquette Pinto en 1912 o las de Curt Nimuendajú, considerado el padre de la etnología brasileña.

Las lenguas indígenas en el Estado

En los últimos años, varios países latinoamericanos han tomado diversas medidas para evitar la desaparición de sus lenguas indígenas. Un caso es Bolivia, país de la región con mayor proporción de población indígena, que incorporó 36 lenguas originarias a la Constitución lo que implicó la introducción de la enseñanza de estas en las escuelas y la creación de un Instituto Plurinacional de las Lenguas Indígenas.

Algunas lenguas indígenas se consideran nacionales a nivel federal como en México pero el único caso de bilingüismo estatal está en Paraguay. En este país son oficiales el español y el guaraní desde la aprobación de la Constitución de 1992 pero la aplicación de esta ley ha encontrado escollos. Debido a la etapa de persecución de los hablantes de esta lengua durante la dictadura de Alfredo Stroessner aún presenta algunos estigmas en la sociedad y todavía no son paritarias en las instituciones gubernamentales. Además, su enseñanza es difícil por ser un idioma principalmente oral y coloquial. De hecho, el guaraní presente en el sistema educativo no es hablado de forma habitual sino el jopara, una mezcla entre el español y el guaraní. No obstante, hay que destacar la importancia de este idioma que llegó a ser idioma oficial de Mercosur desde 2014.

Activismo por las lenguas indígenas

Las instituciones gubernamentales no son las únicas que luchan por la protección de las lenguas indígenas. De hecho, los principales impulsores de iniciativas son personas de las propias comunidades que buscan que su cultura sea reconocida y protegida.  

Este año se celebra el primer Festival de lenguas Indígenas en Internet, un encuentro de activistas digitales que fomentan el uso de estas lenguas en el plano digital. El uso de la tecnología para revitalizar la lengua y la cultura indígena ha sido aprovechado por numerosas personas como Kimeltuwe que comparte materiales de aprendizaje del mapuzungun, idioma de los mapuches. Otro proyecto digital es la iniciativa “68 voces – 68 corazones” de Gabriela Badillo. Se trata de una serie animada de cuentos indígenas mexicanos narrados en su lengua originaria. 

 

68 Voces: Tseltal. El origen del sol y la luna from Hola Combo on Vimeo.

El activismo también puede desarrollarse a través de un talento. Luzmila Carpio nació en Qala Qala y su lengua materna es el qechua. En este idioma compone la mayoría de sus canciones adaptando la música tradicional de los Andes a un estilo actual. En varias ocasiones ha contado la discriminación que ha sufrido por usar su lengua en su juventud y ahora utiliza su éxito para reivindicar los derechos indígenas.

Son numerosos los proyectos que luchan contra uno de las sucesos que más ha dañado la identidad de los pueblos indígenas. Con el Año de las Lenguas Indígenas, América Latina celebra cualquier iniciativa ciudadana o gubernamental que busque poner fin a la desaparición de sus lenguas, el corazón de su cultura. 

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