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Los días del arcoíris

Antonio Skármeta

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El pasado 24 de mayo de 2011, se presentó en Casa de América el libro ganador del Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América 2011, 'Los días del arcoíris', del chileno Antonio Skármeta. Una bellísima historia sobre el valor de la utopía en tiempos oscuros Santiago de Chile. Años ochenta. Durante la clase de Filosofía, el profesor Santos es detenido delante de su hijo, Nico, y treinta alumnos más. Nico pone en marcha el plan “Baroco” que tiene ensayado con su padre: seguir con su vida normal y hacer unas llamadas a ciertas personas para avisar de la detención. Puede que haya cierta esperanza ya que el profesor ha sido detenido delante de muchos testigos... Participaron: Antonio Skármeta, Imma Turbau y Marcela Serras.  
Antonio Skármeta (Antofagasta, 1940) estudió filosofía y literatura en Chile y Nueva York. Sus novelas han sido traducidas a treinta y cinco idiomas. El cartero de Neruda alcanzó un éxito mundial y la película basada en ella obtuvo cinco nominaciones al Oscar. Sus obras han obtenido algunos de los más prestigiosos premios internacionales: el Prix Médicis, el Ginzane Cavour, el Elsa Morante, el Bocaccio Internacional, la medalla Goethe y el Premio Mundial de Literatura Infantil de la Unesco. Fue embajador de Chile en Alemania de 2000 a 2003 y hoy vive en su país, dedicado sólo a la literatura. Elbaile de la Victoria fue merecedora del Premio Planeta en 2003 y su novela más reciente, Un padre de película, ha sido acogida calurosamente por la crítica, que ha destacado su exquisita sencillez.  
Esta es una novela de tipo realista que critica la dictadura chilena desde dos tramas que se entremezclan y se integran mediante elementos comunes. Por un lado, la historia de Nico Santos, narrada en primera persona por el personaje, un adolescente que tiene que hacer frente a la desaparición de su padre y al temor y la impotencia de que su suerte corra el mismo destino de tantos “detenidos desaparecidos”; por otro, mediante un narrador omnisciente, la heroica peripecia de Andrés Bettini, un publicista repudiado que tiene ante sí la posibilidad de cambiar las vidas de millones de chilenos con un spot publicitario de quince minutos para el plebiscito de 1988. El relato, desde un estilo cercano al minimalismo y al impresionismo, retrata el desaliento, la alienación, la indiferencia y el permanente estado de inseguridad frente a un estado autoritario y censor de las libertades; todo ello desde una óptica no autocompasiva, sino dejando que prime la acción y el diálogo, haciendo partícipe al lector y motivándolo a que sea él quien reflexione. El lenguaje utilizado es sencillo y directo, y predomina la sintaxis simple y contundente. La economía de recursos expresivos está en sintonía con la intencionalidad de la voz narrativa de distanciarse de los sucesos relatados, a veces utilizando también un humor áspero y crudo, para no recaer en un sentimentalismo vacuo que el tema tratado podría propiciar. Se prefiere sugerir antes que explicitar emociones. Skármeta ha escrito una historia de afectos, de relaciones entre padres e hijos, entre maestros y alumnos, entre dos generaciones que luchan por lo mismo en un momento de cambio. Es el enfrentamiento entre dos maneras de ver el mundo. Patricia, la novia de Nico, que es “como hippy” y que solo espera terminar el instituto para alejarse del país, encontrará en Bettini, su padre, un referente vital que la conducirá al compromiso. Nico y su padre, que casi no necesitan hablar para comprenderse, conseguirán abrazarse de nuevo y asistir juntos a un nuevo renacer. Paredes, el profesor que terminará por sucumbir a la barbarie, se convertirá en el revulsivo para un Nico que ya no está dispuesto a callar. Skármeta ha manejado unos hechos reales y a personajes reales para novelar un momento histórico de gran trascendencia en su país y en el resto de Latinoamérica. Es todo un homenaje a una generación, al anonimato de muchos. Y lo ha hecho combinando el dolor del pasado con la sonrisa de todos los ciudadanos chilenos que iniciaban el cambio por una senda pacífica. Son dos los protagonistas de la novela; en primer lugar, Nico Santos, un adolescente despojado de su padre y que tiene que lidiar entre mantenerse al margen de la lucha política, como su viejo le pidió, o bien enfrentarse al enemigo. En la novela presenta una evolución desde ese silencio inicial hasta llegar finalmente a rebelarse por medio de la palabra. En segundo lugar, Adrián Bettini, un publicista corriente que pasa a convertirse en un héroe salvador gracias también a la palabra. Otros personajes actúan como ayudantes o apoyos de ambos héroes: la esposa de Bettini, la amiga de Patricia, el amigo argentino de Nico, el profesor nuevo de filosofía, Raúl Alarcón –personaje real–, y Patricia Bettini. Esta última influye en Nico para pasar a la acción, además de representar el contrapunto a la filosofía del profesor Santos. Aparecen también otros personajes que podríamos catalogar en la función de víctima o mártir (el profesor Paredes) y en la función de verdugo, en la que estaría incluido el ministro Fernández como rostro visible de la dictadura, escéptico ante la victoria de Bettini. Dedicada a una víctima de la dictadura, la novela rinde homenaje a esos héroes silenciosos de nuestro tiempo.  

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