Recuerdo mi primer contacto con el dibujo a muy temprana edad, episodio que también es uno de los dos únicos recuerdos que conservo de mi padre; a los 4 años iba al hospital a visitarle, me sentaba al lado de su cama  y  pasaba el tiempo viéndole dibujar. Miraba desde abajo su mano bailar de un la do paro otro, algo inexplicablemente relajante, y el resultado solía llevármelo a casa como recompensa. Supongo que es algo que llevo metido tan dentro de mí que hoy en día resulta una razón vital para no sentirme roto y tener un día a día agradable. Mi pintura se guía y se desarrolla con dos directrices básicas que serían el color y el error, o azar. Trabajo sobre una idea que voy moldeando en mi cabeza y con pequeños bocetos que luego me servirán como punto de inicio. A partir de ahí, dejo que la obra fluya sola sin importar alejarme diametralmente del inicio. Este proceso es para mí el más importante de la creación artística y el que realmente revela el significado de la obra. Puede pasar un día, o 20, o varios meses entre el inicio y el final de una obra, y dentro de ese periodo, los días de lluvia, las tardes del domingo, aquella película que te hizo llorar, la resaca del viernes por la mañana, dormirte junto a ella en el sofá, las frías mañanas de sol,  el olor del café…todo eso tiene que verse reflejado sobre el lienzo, al final. Me gusta ver mi obra como la vida misma, un montón de color, litros de pintura que van cayendo, al parecer, sin ningún tipo de sentido, pero cada gota resume lo que has vivido y sentido para dejar caer la siguiente gota. Y si no vale, ya tendrás la ocasión de cubrirlo con otro chorro de pintura, como la vida misma. http://www.nicolasvillamizar.com/ Arte en Red es una sala de exposición abierta a tu talento y a tu mirada. Si quieres que tu trabajo sea expuesto en nuestra web, envíanos una muestra y cuéntanos que haces. Esta sala también es tuya. Para participar manda un email a [email protected]