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São Paulo, números desde el aire

Bernardo Gutiérrez
El Blog Viajero llega a Brasil y lo hace con un aterrizaje aéreo.
São Paulo
Fotos de: Bernardo Gutiérrez
El ladrillo esconde un número. El asfalto, una suma de cifras. La avenida, una ecuación sin solución aparente. Y la ciudad, bajo su bostezo de humo, cobija un inescrutable maremágnum de ceros, comas y centenas. Millares, siempre crecientes, de alguna cosa. Sao Paulo desde el aire nos golpea con su boomerang de concreto. Con su cuchillo de ángulos rectos. Cifras, decíamos, escondidas bajo antenas o pájaros: 32.000 taxis, 15.500 restaurantes, 5 millones de coches. Números ocultos en esquinas invisibles: como si un niño hubiera contruido una torpe ciudad de Lego. Como si se le hubiera olvidado poner los carteles, los letreros de las cosas. Teatros (122), museos (71), bares (15.000). Una ciudad de juguete - irregular, juguetona - que inventa su sueño con horizontes directamente imperfectos. Sky line, queríamos decir: siluetas, sombras, reflejos, edificios, siempre edificios, persiguiéndonos.  São Paulo, desde el aire, nos golpea, sí. Pero también nos seduce, nos atrae, nos cautiva con su diamante-pistola de números y misterios. Ven, baja, aterriza, tengo preparados para ti 16.500 kilómetros de calles. São Paulo y sus números, São Paulo y sus calles. 16.500 kilómetros, dijimos: una vuelta al mundo (de Ciudad de México a Mumbai, de Buenos Aires a Kuala Lumpur) dentro de una ciudad. Por eso la bofetada inicial se transforma, se derrite, hasta convertirse en una caricia húmeda. En el veneno suave de todos los aterrizajes. Texto y fotos: Bernardo Gutiérrez es periodista, fotógrafo, consultor de medios y autor de Calle Amazonas (Altaïr).    

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