Marcelo TOLCES-ASRILEVICH (Asunción, Paraguay, 1979) Éstudia cinematografía en la escuela  Cámara Obscura de Tel Aviv y la carrera de Literatura Creativa en la escuela TAI, en Madrid, que concluye en 2005. Dirigió los cortometrajes Vitajon (2006) y Samurai (2009). 18 cigarrillos y medio es su primer largometraje, y tuvo su estreno mundial en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), Argentina, y participó en el Festival de Cine Latino de Sao Paulo y el Festival de Cine Latino de Colonia, Alemania. Actualmente trabaja en el guión de su segundo film, el falso documental Py ama Taiwan.

Fumando crezco, Por Juan Pablo Russo Paraguay es un país que se caracteriza por no tener una gran producción cinematográfica y es casi imposible que lo poco que se hace llegue a la Argentina, el último trabajo que se apreció por estos lados fue Cuchillo de palo (Renate Costa, 2009) dentro del marco del BAFICI pasado. 18 cigarrillos y medio  (2010) es un hallazgo gratificante que avizora un futuro alentador para la cinematografía de ese país. Ezequiel es un adolescente con todas las características que uno tiene en esa etapa de la vida. Inquietudes como el sexo, el amor y la amistad son lo único que a uno lo mueven, y claro está son las mismas que afectan a este muchacho perteneciente a la clase media acomodada paraguaya que ve pasar sus días entre cigarrillos, amigos y una jovencita a la que no puede tener. La ópera prima de Marcelo Tolces tiene como disparador de su relato al cigarrillo aunque dicho elemento sólo servirá con hilo conductor de una historia cuyo carril se desplaza hacia la construcción de un retrato generacional sobre la adolescencia de hoy. Hay una clara influencia del Nuevo Cine Argentino (NCA) en el tratamiento cinematográfico tanto en forma como contenido. La búsqueda estética puede relacionarse con el cine d Iván Funde y su cámara en movimiento encuadrando en primeros planos o la abulia contemplativa de los personajes de las películas de Martín Rejtman o Ezequiel Acuña.  Lo interesante del planteo que realiza Tolces es que, a pesar de las influencias, logra imprimirle una impronta personal y ritmo narrativo a partir de la ironía y el humor que manejan los personajes. Hernán Melgarejo dota a su Ezequiel de carisma y hace que uno pueda reconocerse en él, algo en lo que muchas veces falla el NCA que ofrece personajes tan distantes que rara vez logran identificarse con el espectador. 18 cigarrillos y medio es una película fresca, sin pretensión alguna, que refleja de manera clara y precisa a una generación con las características de esa edad y la idiosincrasia de un país. Irónica, mordaz e inteligente nos adentra dentro de una camada de nuevo directores que sin duda están emergiendo para ofrecer un Nuevo Cine Paraguayo (NCP).