Cordero de Dios Argentina 2008 / 91’ Dirección: Lucía Cedrón. Producción: Lita Stantic Producciones. Productores: Lita Stantic. Guión: Lucía Cedrón, Santiago Giralt. Fotografía y cámara: Guillermo Nieto. Dirección de arte: Cristina Nigro. Montaje: Rosario Suárez. Sonido: Víctor Tendler, Guido Beremblum. Música: Sebastián Escofet. Intérpretes: Mercedes Morán, Juan Minujín, Jorge Marrale, Leonora Balcarce, Malena Solda, Ariana Moroni, Manuel Vignau, Horacio Peña, Luis Sabatini.   Sinopsis Cordero de Dios aborda un tema espinoso de la política y sociedad argentinas. En 2002, en plena crisis económica argentina, un veterinario de setenta y siete años es secuestrado en Buenos Aires. Su nieta, con la ayuda de su madre que reside en París, debe negociar con los secuestradores el pago del rescate. A raíz de ello ambas reviven, e intentan esclarecer, dolorosos hechos del pasado.   Premios al desarrollo del proyecto Premio Coral al Mejor Guión Inédito (Canal+). Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. La Habana, Cuba 2005. Sundance/NHK International Filmmakers Award al Mejor Proyecto. Estados Unidos, 2007.   Premios a la obra

• Colibrí de Oro a la Mejor Película. Encuentro de Cine Sudamericano de Marsella y la Región. Francia, 2008

• Premio del Público “ Intramuros”. Encuentros de Cines de América Latina. Toulouse, Francia 2008.

• Premio SIGNIS. Festival Internacional de Cine de Santiago / SANFIC. Chile, 2008.

• Premio Semilla al Mejor Guión Latinoamericano. Festival Cero Latitud. Quito, Ecuador, 2008.

• Premio del Publico a la Mejor Película. Encuentros de Cine de Bergamo. Italia, 2009.

• Premio Biznaga de Plata a la Mejor Película y Biznaga de Plata a la Mejor Dirección. Festival de Málaga Cine Español – Territorio Latinoamericano. España, 2009.

• Cóndor de Plata a la Mejor Opera Prima, Mejor Guión Original y Mejor Actor (Jorge Marrale). Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina, 2009.

• Premios Clarín 2009 a la Mejor Ópera Prima, Mejor Actriz Reparto (Malena Solda), Mejor Fotografía (Guillermo Nieto). Argentina.

  Festivales - Eventos

• Selección Oficial. Festival Internacional de Cine de Rotterdam. Holanda 2008.
• Competencia Iberoamericana. Festival de Cine de Miami. Estados Unidos, 2008.
• Selección Oficial. Festival Internacional de Cine de Jerusalem. Israel, 2008.
• Festival de Cine de Lima, Perú 2008.
• Latinbeat Lincoln Center. Nueva York, Estados Unidos. 2008.
• Festival Internacional do Río de Janeiro. Brasil, 2008.
• Primer Congreso de la Cultura Iberoamericana. México D.F., México 2008.
• Vivamérica Festival – Inéditos: Operas Primas. Casa de América. Madrid, España 2008.
• Festival de Cine de Varsovia. Polonia, 2008.
• Festival de Cines del Sur. Oslo, Noruega, 2008.
• Festival de Cine de Taipei. Taiwan, 2008.
• Festival de Cine de Tesalónica. Grecia, 2008.
• Festival Discovering Latin America (DLA). Londres, Reino Unido, 2008.
• Festival de Cine de la República de Estonia, 2008.

 

Lucía Cedrón (Argentina, Francesa 1974)   Directora y guionista. Hija del cineasta Jorge “el Tigre” Cedrón. A los dos años, en 1976, sus padres se exilian en Francia por razones políticas. Estudia en la Universidad de La Sorbona de París donde se recibe de Licenciada en Letras, en Historia y en Estudios Cinematográficos. Durante varios años trabaja para los documentales franceses Ushuaia Nature del canal T.F.1, como investigadora y productora ejecutiva, con los cuales recorre el mundo filmando. En 2002, a pesar de la fuerte crisis que vive la Argentina, decide radicarse nuevamente en su país para realizar su primer cortometraje de ficción, En ausencia, ganador entre otros premios, del Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín de 2003 y el Grand Prix del Festival COURT 18 de París. En 2003 es convocada por Telefe (canal de la televisión argentina), por SEDAL (una empresa privada de cosméticos) y la agencia Walter Thompson para realizar uno de los cinco cortometrajes de Mujeres en rojo. Dirige Rojo que logra un gran impacto tanto en la prensa como en la audiencia y varios premios en los festivales de Tribeca (Nueva York) y Miami, entre otros. En 2004 realiza Mitzvah uno de los diez cortos que compone el largometraje 18-J, un homenaje a las ciento ochenta y seis víctimas del atentado a la AMIA sucedido en Buenos Aires el 18 de julio de 1994. En 2006 realiza el largometraje documental El azul del cielo, sobre su tío y mentor, el artista plástico Alberto Cedrón, no a resueltas del vínculo, sino con la firme convicción de que se trata de uno de los más grandes artistas que ha dado la Argentina. Cordero de Dios (2008) es su primer largometraje de ficción. Producido por Lita Stantic, es protagonizado por Mercedes Morán y Jorge Marrale. Recibió el premio Coral al Mejor Guión Inédito en el Festival de Cine de la Habana, patrocinado por Canal + y Sogecable y el Premio al Mejor Guión Inédito - Sundance/NHK International Filmmakers Award. El estreno mundial de Cordero de Diosfue en la apertura del Festival de Cine de Rotterdam y fue estrenado simultáneamente en Francia y en Argentina en mayo de 2008. La cinta ganó entre otros, el Colibrí de Oro a la Mejor Película en el Encuentro de Cine Sudamericano de Marsella y la Región, Francia, 2008; el premio a la Mejor Película y el Premio a la Mejor Opera Prima de Territorio Latinoamericano en el Festival de Málaga; el Premio del Público en los Encuentros de Cines de América Latina de Toulouse, Francia; los Premios Cóndores de la Crítica Argentina a la Mejor Opera Prima, Mejor papeles secundarios (Malena Solda y Juan Minujín) y Mejor Guión. También recibió los prestigiosos premios Clarín a la Mejor Opera Prima, Mejor Actor (Jorge Marrale) y Mejor Actriz Secundaria (Malena Solda) así como los premios del Público en Miami, Ushuaia y Puerto Natales, Pesaro y Roma, y Premio al Mejor Guión en el Festival de Lima. Recibió también los Premios de la Academia del Cine Argentino, a la Mejor Opera Prima, Mejor Guión y Mejor papeles secundarios (Malena Solda y Juan Minujín). Lucía Cedrón acaba de terminar una serie de ficción, titulada Diálogos fundamentales, de trece capítulos de media hora cada uno, por la celebración de los doscientos años de la independencia de la Argentina. Estos narran trece encuentros bisagras entre grandes personalidades de la Historia que fueron encrucijadas que cambiaron el rumbo del país. Este proyecto fue concretado por una serie de concursos para la televisión convocados por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), producido por el sindicato de Profesores y Maestros (SUTEBA), y protagonizado, entre otros, por Luis Machín, Roberto Carnaghi, Malena Solda y Ana Celentano. En 2010, Lucía Cedrón dio a luz a la pequeña Indigo, hecho que iluminó y cambió su vida para siempre en muchos sentidos. Impactada por su reciente maternidad y el descubrimiento de un tema totalmente tabú aún en su país en relación al derecho de la mujer y de los niños a un nacimiento humanizado, donde poco se respetan las leyes aún no implementadas de sus respectivos derechos, comenzó una investigación en pos de la realización de un nuevo film de ficción relacionado con estos temas y cuyo título provisorio es Pacha Mama (“madre tierra” en idioma quechua). Buenos Aires, 30 de mayo de 2010

Con Cordero de Dios, me propuse relacionar dos momentos bisagras de la historia argentina, a través del destino trágico de una familia. Como cada una de ellas, ésta guarda secretos, heridas, rencores, y sobre todo, muchos silencios, aunque estos hayan sido productos de un “acto de amor”. Precisamente, es alrededor de estos silencios que se construyeron y se cristalizaron las convicciones y las creencias de cada uno de sus miembros. De tal modo que en esta película, aspiraba a poner en evidencia las contradicciones que deben enfrentar las tres generaciones que componen a esta familia y la insoslayable necesidad para los protagonistas, de enfrentar y de reconsiderar el pasado para poder sobrellevar y resolver los conflictos drásticos y concretos que plantea el presente. Cordero de Dios presenta a personajes enfrentados por las circunstancias, a decisiones imposibles, a veces desgarradoras, y los revela en la soledad y el dolor de su elección. Sin embargo, ninguno es juzgado. Al contrario, a todos se los acompañará en la ciénaga ética y moral que tienen que atravesar. Y precisamente, es a través de su forma de enfrentar la realidad, que surgirá su humanidad, aunque estas decisiones impliquen siempre, para ellos, el tener que renunciar a algo esencial de sí mismo. En el intento de sobrellevar los obstáculos que se les presentan, esta familia va a encontrar la oportunidad de sacar a la luz y de saldar algunas cuentas pendientes, para quizá, poder cerrar dolorosas y viejas heridas, aún abiertas. Cordero de Dios es la forma con la que elijo tratar algunas temáticas directamente ligadas a ciertas nociones fundamentales de nuestra cultura judeo-cristiana como la culpa, la inocencia, el sacrificio y la redención. Lejos de querer juzgar, la película se interroga sobre la necesidad para cada individuo de saber para poder, sino perdonar, al menos comprender al otro en toda su singularidad. Ésta es una historia de amor(es). Es la posibilidad eventual de un reencuentro entre tres generaciones de una misma familia, atravesada y amputada por la Historia de su pueblo.

1.- Génesis y contexto Entre 1976 y 1983 la Argentina conoció la dictadura militar más violenta y sangrienta de su historia. Este período oscuro tuvo un saldo humano de 30.000 desaparecidos y casi 2 millones de exiliados. Los secuestros por razones políticas eran entonces moneda corriente. Casi veinte años después, en diciembre de 2001, la Argentina cayó en una terrible crisis marcada por la renuncia del presidente de la República, Fernando De La Rúa y que resultó en un caos económico, político y social que el país estaba atravesando. A partir de 2002, esto engendró, entre otras cosas, una nueva ola de secuestros, esta vez por motivos esencialmente económicos.

Hace más de tres décadas que con total impunidad, se toman como rehenes a todo tipo de individuos. Aunque su implicancia sea directa o indirecta, la policía tolera de facto estos secuestros o aún más grave, los organiza y utiliza para ello métodos mafiosos y/o parapoliciales asimilados durante la última dictadura militar. No sólo las desapariciones forzosas de personas con fines políticos durante la década del setenta nunca terminaron de erradicarse por completo sino que retomaron con fuerza a lo largo de estos últimos cuatro años, esta vez con fines principalmente económicos. Aunque sus objetivos y sus formas han cambiado, la perversión con la que se cometen estas acciones sigue siendo la misma.

El azar de mis estadías en la Argentina hizo que me encontrara en Buenos Aires en aquellos días críticos de 2002. El impacto de esos hechos en mí fue tal, que sentí la necesidad inexplicable de permanecer en el país. Con veintisiete años de edad, de los cuales veinticinco había vivido exiliada en Francia, decidí volver para radicarme. El proyecto de ficción que presento hoy es en parte el fruto de este “reencuentro” con la sociedad argentina.   2.- Ficción y estructura Con Cordero de Dios, me propuse relacionar estos dos momentos bisagras de la historia argentina, a través del destino trágico de una familia. Como cada una de ellas, ésta guarda secretos, heridas, rencores, y sobre todo, muchos silencios, aunque estos hayan sido productos de un “acto de amor”. Precisamente, es alrededor de estos silencios que se construyeron y se cristalizaron las convicciones y las creencias de cada uno de sus miembros. De tal modo que en esta película, aspiraba a poner en evidencia las contradicciones que deben enfrentar las tres generaciones que componen a esta familia y la insoslayable necesidad para los protagonistas, de enfrentar y de reconsiderar el pasado para poder sobrellevar y resolver los conflictos drásticos y concretos que plantea el presente. Para mí, la confrontación del presente con el pasado es esencial, como es esencial la necesidad de saber y de comprender lo que sucedió hacia atrás para poder construir el camino hacia delante. De tal modo que elegí tratar la relación entre las dos temporalidades desde un punto de vista narrativo tanto como formal. Cual eco, los episodios del pasado se entretejen a los del presente, sinuosa y caprichosamente, como la memoria. Siguiendo la imagen de un espiral, cuyos círculos no vuelven a pasar nunca exactamente por los mismos puntos, ciertas situaciones van a reproducirse, de otra manera, para así, de a poco, ir resignificando las anteriores. Las evocaciones y los recuerdos, construidos sobre la base de la subjetividad de cada personaje, completan progresivamente un puzzle del cual ciertas zonas quedarán sin embargo en la oscuridad, brillando por su ausencia. Y son precisamente estas piezas que faltan las que volverán de forma recurrente y perturbadora, a la mente de los personajes de esta historia. Cordero de Diospresenta a personajes enfrentados por las circunstancias, a decisiones imposibles, a veces desgarradoras, y los revela en la soledad y el dolor de su elección. Sin embargo, ninguno es juzgado. Al contrario, a todos se los acompañará en la ciénaga ética y moral que tienen que atravesar. Y precisamente, es a través de su forma de enfrentar la realidad, que surgirá su humanidad, aunque estas decisiones impliquen siempre, para ellos, el tener que renunciar a algo esencial de sí mismo. En el intento de sobrellevar los obstáculos que se les presentan, esta familia va a encontrar la oportunidad de sacar a la luz y de saldar algunas cuentas pendientes, para quizá, poder cerrar dolorosas y viejas heridas, aún abiertas. Cordero de Dios es la forma con la que elijo tratar algunas temáticas directamente ligadas a ciertas nociones fundamentales de nuestra cultura judeo-cristiana como la culpa, la inocencia, el sacrificio y la redención. Lejos de querer juzgar, la película se interroga sobre la necesidad para cada individuo de saber para poder, sino perdonar, al menos comprender al otro en toda su singularidad. Ésta es una historia de amor(es). Es la posibilidad eventual de un reencuentro entre tres generaciones de una misma familia, atravesada y amputada por la Historia de su pueblo.   3.- Forma y estética Por el tema que aborda, esta historia podría haber sido tratada como una película de acción, o un film de suspenso. Sin embargo, me propuse contarla a través de las psicologías de sus personajes para acompañarlos de la forma más cercana posible, en el drama que están viviendo. En ellos se centra mi atención, ergo, la imagen y el ritmo del film. Los encuadres y las locaciones dirán tanto de lo que está sucediendo como la misma acción. Efectivamente, el espacio recortado y dejado fuera de campo, estará tan presente y será tan significativo como el contenido mismo de la imagen elegida. Las piezas que faltan para completar el puzzle de esta historia se impondrán por el peso de su ausencia. La subjetividad de los personajes siendo el corazón de esta historia, estará también tratada con la subjetividad del enfoque en cada evocación y del encuadre. De modo que la parcialidad de la interpretación de cada individuo quede en evidencia. En este aspecto, las posiciones de cámara acompañarán esta elección y estarán entre otras cosas, a la altura de los ojos de las dos protagonistas: la niña por un lado y la madre por el otro. La “verdad”, si es que existe, solo podrá surgir de la yuxtaposición de los recuerdos y de lo vivido por ambas. Cada unidad temporal tendrá un código visual propio aunque sutil, para permitir al espectador orientarse y construir, de a poco, la trama de la historia. Sin embargo, estos dos tiempos estarán unidos por series de planos recurrentes que podrían pertenecer a ambos espacios, como si, pasado y presente coexistieran en un universo común. De este modo, ciertos desplazamientos, evocados a través de las subjetividades del personaje que los está viviendo, harán el lazo visual y temporal entre pasado y presente. La construcción de Cordero de Dios, tanto narrativa como visual, surgirá cual convergencia de líneas rectas que habrían estado trazadas en el espacio y cuya encrucijada se encontrara siempre fuera de nuestro campo de vista pero en el corazón mismo de nuestra imaginación. El reto consistirá entonces, en poder colocar correctamente los rieles de manera a que el espectador – cuyo imaginario es, para mí, la verdadera locomotora de las películas, pueda recorrer y desplazarse en la historia que les quiero contar. Lucía CEDRÓN 21 de junio 2006