Hija del volcán (2025) es el resultado de más de ocho años de trabajo e investigación de Jennifer de la Rosa, directora de este documental biográfico. En esta película, Jennifer nos muestra el camino que ha recorrido (y que aún recorre) en la búsqueda de sus orígenes. “Pensé que, al tratarse de una historia personal, iba a ser más sencillo. Contaba con muy pocos recursos, había mucho silencio en torno a la historia, y necesitaba ese ímpetu por expresar lo que siente una persona cuando busca sus orígenes”, explica Jennifer de la Rosa en una entrevista para Casa de América.

Jennifer nació en Colombia en 1985 y, con tan solo un año, fue adoptada por una familia española. “Me convertí en migrante forzosa debido al desastre natural más grande que ha visto Colombia: la tragedia de Armero”, afirma, en referencia a la avalancha de lodo provocada por la erupción del volcán Nevado del Ruiz, que arrasó el municipio colombiano de Armero y dejó un saldo de aproximadamente 25.000 muertos y desaparecidos. “Ahora soy consciente de ello”, añade la directora.

Para contar esta historia, Jennifer tuvo que hacer múltiples viajes a Colombia, la tierra que la vio nacer: “En ocho años hice cuatro viajes a Colombia. Allí me encontré con una realidad muy dura: padres y madres que buscaban a sus hijos con recortes de prensa, pero a quienes nadie les daba respuestas”.

Una figura clave en todo este proceso es Francisco González, de la Fundación Armando Armero, sobre quien Jennifer comenta: “Lo encontré en Internet y, para mí, él es parte de mi familia allí. Hace una labor encomiable”. Junto a Francisco, Jennifer lucha contra la falta de registros y documentación en todo su proceso de adopción. “Las personas que fuimos adoptadas en el pasado necesitamos encontrar respuestas. Si alguien hubiese verificado en el momento de mi adopción que el nombre de mi madre no estaba en el registro, todo habría sido más fácil. Pero nadie lo hizo, y mi madre no figura en ningún registro”, relata sobre las dificultades enfrentadas durante la búsqueda de sus raíces.

Este mismo problema lo comparten muchísimas personas en todo el mundo. Por ello, le pedimos un consejo a Jennifer para quienes puedan encontrarse en una situación similar:

“A todas aquellas personas que puedan estar pasando por algo parecido, les pido que compartan su experiencia, porque yo me sentí muy aislada. Necesitas encontrarte con personas afines, en asociaciones de familias adoptivas y de personas adoptadas que están en Internet. Esto te permite crear una red con quienes han vivido situaciones similares, y eso, de verdad, era algo que yo buscaba con desesperación. Y, ahora, ese acompañamiento sí existe”.