Análisis del Director General de Casa de América, Tomás Poveda, para el VII Informe de Inversión Española en Latinoamérica, que también ha sido publicado en la portada de América Economía: "El total de flujos de inversión neta de origen español en el mundo supera los 416 mil millones de euros, según las Estadísticas de inversión española en el exterior de la Secretaría de Estado de Comercio. Esta posición inversora se ha fraguado en las últimas dos décadas, lo que da una idea del proceso de internacionalización de las empresas españolas. España ha pasado de ser un país netamente receptor de IED -en 2012 se contabilizaron alrededor de 475 mil millones de euros de stock de inversión- a ser un país cuyas empresas tienen una posición inversora relevante en el mundo. La pertenencia de España a la Eurozona desde sus inicios, allá por 1999, ha tenido una gran responsabilidad, porque ha permitido a los agentes económicos españoles tener un acceso a un volumen de financiación y a unos costes sin precedentes. Las empresas privatizadas en la primera legislatura del presidente Aznar supieron, desde un principio, buscar nuevos destinos de inversión. Aquella visión, que también tuvieron los principales bancos, les ha permitido tener una posición sólida en un mercado como el latinoamericano, que en la última década ha experimentado, en general, un importante crecimiento económico. Esta estrategia les ha ayudado a capear mejor el temporal de la aguda crisis en la que España lleva inmersa desde el año 2008. En la década 1993 – 2002, el grueso de las empresas españolas invirtió en América 87 mil millones de, principalmente en Latinoamérica, con cerca de 73 mil millones de euros, frente a los 46 mil millones de euros que se destinaron a la UE. De 2003 hasta septiembre de 2013, se advierte que la UE ha acaparado el mayor volumen de inversión, 178 mil millones de euros, si los comparamos con los 75 mil millones de euros destinados a América. Además, en este periodo, esa cifra se la reparten Norteamérica, con 37 mil millones de euros, y Latinoamérica, con 38 mil millones de euros. Los datos anteriores ponen de manifiesto que si en un primer momento hubo un apetito inversor español principalmente en Latinoamérica, en este Siglo XXI el foco se ha desplazado hacia la UE y Norteamérica. Ahora bien, las sociedades de origen español siguen ocupando el segundo lugar inversor en Latinoamérica, solo por detrás de las estadounidenses. Un resumen de los datos anteriores indica que los flujos de inversión neta española hacia la UE escalan hasta los 225 mil millones de euros; América supera los 160 mil millones de euros, que se desglosan en 111 mil millones de euros en Latinoamérica y 50 mil millones de euros en Norteamérica. La pregunta que surge inmediatamente sería: ¿cuál es el peso de la región Asía-Pacífico para la inversión española? Los datos son elocuentes: apenas 10 mil millones de euros. Las empresas de origen español con presencia en América se pueden beneficiar de las relaciones que se están fraguando entre a los países americanos y asiáticos, en particular por la negociación del Trans-Pacific Partnership (TPP) y por la reciente fundación de la Alianza del Pacífico (AP), para mejorar su presencia inversora en una región tan dinámica. Durante dos siglos y medio, desde mediados del Siglo XVI operó el Galeón de Manila, un primer ejercicio de globalización liderado por españoles. Aquella ruta unía, por mar y por tierra, a algunos de los puntos comerciales más importantes de Asia con el puerto de Sevilla, a través de Manila. Es hora de que las empresas españolas tengan una presencia mayor en una región tan importante como la de Asia-Pacífico. La respuesta también puede venir de América".