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Humor gráfico argentino

Humor gráfico argentino

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Del 8 de septiembre al 7 de octubre, el humor gráfico argentino se instala en nuestra galería Guayasamín. Obras de grandes ilustradores, y su historia, colgarán de las paredes para el disfrute del público. Henry Stein y sus ilustraciones de El Mosquito, Eduardo Sojo en Don Quijote, Cao, Mayol y Roux en Caras y Caretas, Manuel Redondo, creador de Goyo Sarrasqueta (el primer personaje de la historieta argentina) donde se exhiben las peripecias de un inmigrante español. Les siguieron publicaciones como Rico Tipo y Patoruzú, con las ilustraciones de Alcides Gubellini, Divito, Dante Quinterno, Rafael Martinez, Ferro, Lepó, Pedro Seguí, Battaglia y tantos otros que consiguieron que el humor gráfico ocupase un espacio importante dentro de las formas de diversión de los porteños, junto con la radio, el cine y el teatro de revistas, desarrollando un mandato pedagógico heredado de las décadas anteriores. Sobre la misma época, Hector Locurátolo, con Torino (edición independiente), le dió vida a Don Nicola, tira ambientada en un típico conventillo porteño de inmigrantes. Esta tira fue un guiño a la historia de la mayor parte de estos ilustradores- humoristas, todos ellos inmigrantes o sus descendientes, y Argentina fue la cuna que los recibió o vió nacer. Periódicos como La Razón, Clarín, La Nación, comenzaron paulatinamente a incorporar en sus páginas las creaciones de maestros como Landrú, Sabat, Fontanarrosa, Crist, Dobal, Caloi, Rep, Liniers , Tabaré, Sendra, Quino, Altuna y Trillo, Maitena, Nik, Heredia, Vilar, Mordillo, Nine y tantos otros. Todos ellos, más las innumerables publicaciones de diferentes épocas, aportaron grandes dosis de humor al desarrollo de un país que pudo aprender a reírse de sí mismo. Fechas: del 8 al 30 de septiembre de 2016. Lugar: sala de exposiciones Guayasamín. Hora: de lunes a viernes de 11.00 a 19.30. Sábados de 11.00 a 15.00. Domingos y festivos cerrado. Entrada libre hasta completar aforo.  
El impacto de la inmigración de origen europea tuvo un efecto particular en el humor gráfico político, siendo los principales humoristas y caricaturistas de la época españoles e italianos. El periodismo fue una de las vías de integración y ascenso social que algunos inmigrantes utilizaron en Buenos Aires y otras ciudades argentinas. El Mosquito (1863-1893), dirigido por el francés Henry Stein seguía el modelo del Charivari francés y del Punch londinense, logró mantenerse entre las publicaciones más importantes a lo largo de su existencia. En ese tiempo se caracterizó por privilegiar el humor político y realista, a través del cual eran leídos e interpretados los acontecimientos y desenmascaradas las principales figuras públicas. El Mosquito irónico, crítico y punzante, reflejó la política de una época, pero también tomó partido al expresar su posición y sus deseos al respecto. Eduardo Sojo, periodista y dibujante madrileño, llegó a Argentina en 1881 y fundó Don Quijote en 1884. Fue su principal dibujante y firmaba como “Demócrito”, aunque su seudónimo era de conocimiento público. Entre otros, se le unieron Manuel Mayol quien firmaba como “Heráclito” y José María Cao cuyo seudónimo fue “Demócrito II”. Don Quijote se convirtió en el testigo más crítico de la época y tomó posición frente al contexto político, ejerciendo la denuncia y la ridiculización de los gobernantes. Este periódico satírico se caracterizó por representar a la República como una mujer víctima de las acciones de los miembros de los gobiernos de turno.  
Caras y Caretas fue la primer revista de masas que, ademas generó un punto de inflexión entre un siglo y otro. Fue creada en 1898 por Eustaquio Pellicer, contando con la participación de José María Cao, Manuel Mayol y José Sixto Álvarez, más conocido como Fray Mocho, entre muchos otros dibujantes de gran nivel. Caras y Caretas produjo innovaciones en términos gráficos, humorísticos y temáticos con la particularidad de sostener un notable equilibrio entre texto e imagen, caricaturas y fotografías, notas humorísticas y colaboraciones literarias, de actualidad y documentales, publicidad y entretenimiento. A su vez, el formato también era novedoso, más manuable que sus antecesoras, además de ofrecer una propuesta de lectura ágil y divertida al recurrir a notas cortas, con contenidos amenos de los principales sucesos nacionales e internacionales. En 1913 Manuel Redondo crea para la revista al primer personaje de la historieta argentina, “Don Goyo Sarrasqueta” quien solía enfrentarse a las noticias de actualidad con una actitud crítica. Caras y Caretas fue una de las pocas revistas del mundo que publicó reportajes como la caída de la monarquía y la proclamación de la república española en 1931 o la asunción de Hitler al poder en Alemania y el inicio de la segunda guerra mundial, con un vasto material fotográfico y textos de alta calidad.
La Edad de Oro 1928 es un punto de inflexión en la historia de la historieta: aparecen El Tony y la revista Patoruzú. El Tony es la primera revista totalmente integrada por historietas y se mantuvo en el mercado por más de 70 años. Raúl Roux, uno de sus principales dibujantes, inauguró la primera serie de “historietas serias". Patoruzú, fue una de las tiras más perdurables y recordadas del siglo XX; la historia fue transformándose velozmente y para 1934 Patoruzú era estrella en El Mundo y dos años más tarde salió la revista mensual, cuyo éxito de ventas la convirtió en semanal hasta 1977. La revista contaba con un staff de destacados humoristas (Eduardo Ferro, Oscar Blotta, Roberto Battaglia, León Poch y Divito) que, bajo la jefatura de Tulio Lovato, darían vida a criaturas inolvidables. En 1944, Divito se separa de Patoruzú para fundar Rico Tipo, que se convierte en su más feroz competidora. La revista derrochaba picardía y abundaba en comentarios audaces para la época. Aquí nacieron personajes tan memorables como “Las Chicas de Divito”, “El otro yo del Dr. Merengue”, “Piantadino” de Mazzone o “Purapinta” de Ianiro. Entre dictaduras y democracias Los años sesenta fueron tiempos de transgresión, innovación, crítica, compromiso, transformaciones y expectativas, así como también de una profundización del análisis de las relaciones entre cultura y política. El humor gráfico también asistió a un proceso de renovación.La novedad la aportaron Oski y Landrú quienes desplegaron un humor absurdo y estéticamente ingenuo. En este período hubo una gran cantidad de nuevas publicaciones: en 1971, Alberto Cognigni creó la revista Hortensia; en 1972, aparece Satiricón. Y un año después, Clarín sumó a su página de humor a Landrú, Crist, Sábat y el inolvidable Fontanarrosa, presentes en esta muestra. En 1978, durante la dictadura militar, apareció una bocanada de aire fresco con Humor, dirigida por Andrés Cascioli. A partir de los años 90, el humor gráfico, con grandes artistas, pasó a ocupar casi exclusivamente las páginas de los periódicos. La muestra reúne una selección de dibujantes y humoristas de este período hasta la actualidad incluyendo reconocidos nombres como: Fontanarrosa, Faruk, Quino, Hermenegildo Sábat, Maitena, Lawry, Crist, Tute, Tabaré, Garaycochea, Goyo, Warrior, Rep, Mordillo, Nik, Sendra, Liniers y Sepi.    
Billiken (1919) fue la unica revista del mercado editorial Argentino que se publicó durante 85 años sin interrupciones, esto fue gracias a una gran capacidad de adaptación a los diferentes momentos y gobiernos. Con estética art noveau, esta publicación fue posible en el contexto de un nuevo enfoque mundial que se venía centrando en la niñez y gracias a la formación de un mercado alfabetizado producto de la ley de educación pública, obligatoria y gratuita. Los gobiernos de estos períodos entedían que era fundamental escolarizar a la infancia para unificar en una nacionalidad las diferentes identidades extranjeras que llegaban al país. Durante más de 30 años Lino Palacio (Flax) fue el encargado de las portadas de la revista, las cuales se caracterizaron por su humorismo y ternura. En Billiken también comenzó su carrera Manuel García Ferré, joven inmigrante español que rápidamente supo crear una inmensidad de personajes con los que fundó revistas infantiles, shows televisivos y la primer serie de dibujos animados para televisión, e infinidad de largometrajes.  

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