Dirección: Gabriel Páez, Isabel Rodas. Compañía productora: Filmarte. Productores: Gabriel Páez, Isabel Rodas. Productores ejecutivos Gabriel Páez, Isabel Rodas. Guion: Gabriel Páez. Fotografía: Manuel Suquilanda. Dirección artística: Cristina Karolys. Montaje: Vanessa Amores, Gabriel Páez, Amaia Merino. Sonido: Diego Rodríguez, Andrés Galarza. Música original: Carlos Freire, Stalin Pacheco. Intérpretes principales: Carolina Lozada, Rosario Macas, Doris Naula, William Pulla, Ana Tacuri, Juan Zumba. Realizada con el apoyo financiero del Fondo Concursable de 2015 del Consejo Nacional de Cine de Ecuador.

Gabriel Páez  (Ecuador). Productor, director y guionista. Realizó estudios de Cine y Televisión en la Universidad San Francisco de Quito, postgrado en dirección de fotografía y asistencia de dirección en el Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA) DE Argentina, y una Maestría en Teoría y Estética del Arte en la Universidad de la La Plata, Argentina.  Se ha desempeñado como productor ejecutivo en Encuentros con el cine. Es guionista y director en Santa Elena en bus, Sacachún y La banda. Es montajista y asistente de dirección de Yakuaya, asistente de dirección de Mono con gallinas y Defensa 1464, realizador y editor de Achachay que tambo grande. En Vengo volviendo, su último trabajo, se desempeña como guionista, coproductor y codirector. Isabel Rodas (Ecuador). Directora, directora de actores y actriz. Productora Ejecutiva de Filmarte, donde produce y dirige el proyecto Encuentros con el cine, cadena de formación, producción y distribución de cine alternativo con dos largometrajes de ficción como directora de actores: Santa Elena en bus y Vengo volviendo. Productora ejecutiva de los documentales de largometraje: Sacachún y Azuayo. Coordinadora de producción ejecutiva en los proyectos, La llamada y Defensa 1464 para la productora y distribuidora de Xanadu Films. 

Vengo volviendo, desde su génesis, es una película distinta. Viene acompañada de un espíritu particular, lleno de vivencias y aprendizajes, experimentos, hipótesis, incertidumbres y muy gratas sorpresas. Elementos propios del proceso creativo que proponemos como creación cinematográfica comunitaria y experimental, donde, en el marco de un intensivo taller y residencia artística, creamos en muy poco tiempo y junto a un grupo de nóveles cineastas de comunidades rurales del Ecuador, una película de ficción basada en su propia historia, cultura y tradición oral, que reúna las características técnicas y argumentales que le permita ser presentada ante su propia comunidad y ante el mundo. Un laboratorio donde todos, facilitadores y talleristas, nos entregamos de lleno al aprendizaje constante sobre cine, sobre la vida en comunidad y la importancia del trabajo en equipo, sobre las responsabilidades personales frente al bien común y sobre la relevancia de la construcción de imágenes y sonidos propios que confronten nuestras raíces con las problemáticas sociales contemporáneas y la posibilidad de levantar una voz crítica con un punto de vista positivo, construido en armonía y consenso. Que hable de quienes somos, de cómo nos vemos y de cómo nos proyectamos a futuro. La simple posibilidad de enfrentarnos a actores y actrices naturales, a un equipo técnico en continuo aprendizaje partiendo del cero y a historias para nosotros desconocidas y ajenas, exige todo el respeto que nuestra visión “extranjera” requiere, frente a la procedencia y articulación de cada elemento propuesto por los y las participantes del taller, tanto en la escritura del guión como en cada paso de la producción, generando una deliciosa sensación de vacío que aportó definitivamente a la creatividad y creación constante, siempre tratando de no interferir demasiado entre esa identidad inocente de cada historia y cada personaje, con nuestra propia necesidad de generar un producto audiovisual íntegro y contundente. Hecho que además invita a la constante improvisación en la puesta en escena, siempre desde ese respeto a la historia, a su fuente, a su intérprete, al proceso, pero sobre todo al soporte y al lenguaje cinematográfico. Vengo volviendo es una construcción audiovisual compleja por la cantidad de voces diversas que se suman en su codificación. Esto genera un lenguaje rico en variedad, llena de tintes andinos y colores propios de la tierra que la vio nacer. Es un experimento cargado de la fuerza, voluntad y valentía que toma el salir de tu círculo de confort para enrolarte en una aventura cinematográfica que tiene su propio tiempo, su propio espacio y su propio lenguaje, que es libre y por esto mismo exige una atención permanente y delicada a la forma, pues así como es maleable, también es volátil y escurridiza. Propone un viaje al fondo de la realidad de cada miembro del equipo y está marcada por cada segundo de su creación, por cada decisión consensuada y por cada elemento que se suma a este maravilloso tubo de ensayo. El resultado, un película sincera y un profundo aprendizaje desde la idea, pasando por el proceso de creación y llegando hasta la comunión con su público donde lo aprehendido se comparte y se multiplica.
Una gran manera de acercarnos al oficio de “directores” desde la escucha activa, la síntesis, el respeto y la toma de decisiones coherentes con el proceso. 

Premios Premio del público Ecuadorian Film Festival de Nueva York. Estados Unidos. Mejor fotografía Revolution Me Film Festival. Nueva York, Estados Unidos. Mejor largometraje OLA Latino Film Festival of the Hamptons. Estados Unidos. Festivales Festival de Cine Latinoamericano de Marsella. Francia. Latino & Iberian Film Festival. Yale. Estados Unidos.