Dirección: Marília Rocha.
Producción: Anavilhana Filmes.
Productores: Helvécio Marins Jr., Marília Rocha.
Productores asociados: Camila Groch, Daniel Queiroz, Diana Gebrim.
Guion: Clarissa Campolina, Marília Rocha.
Fotografía Super-8: Leandro HBL.
Fotografía DV: Leandro HBL, Marília Rocha.
Dirección de arte: Fred Paulino.
Montaje: Clarissa Campolina.
Sonido: Bruno do Cavaco.
Música: Cordel do Fogo Encantado, O Grivo, Naná Vasconcelos. 

Marília Rocha (Brasil, 1978)

Directora y guionista.

Desde 1999 trabaja en la realización de películas. En 2002, junto con otros directores, creó TEIA, un colectivo de creación audiovisual con sede en Belo Horizonte, Brasil. En 2005, conjuntamente con la directora Clarissa Campolina y la productora Luana Melgaço, creó Anavilhana, estudio de producción. Ha dirigido las películas: Aboio (2005), premio a la mejor película brasileña en el festival É tudo verdade; Acácio (2008), A falta que me faz  (2010), galardonada como mejor película en el Festival de Cine Latinoamericano de São Paulo. Su último largometraje, A cidade onde envelheço (2017), recibió el premio a la mejor película y a la mejor dirección en el Festival de Brasilia, así como el premio a la mejor película en el festival de Biarritz.Sus obras han sido seleccionadas y premiadas en numerosos festivales de cine tantoen Brasil como a nivel internacional. Se han proyectado, asimismo, en museos como el MoMA y New Museum (Estados Unidos) y Musée d’ethnographie Neuchâtel (Suiza). En 2011, el festival Dockanema (Mozambique) realizó una retrospectiva de su obra y fue homenajeada con una muestra especial de sus trabajos en Visions du Réel (Suiza).

Ambientada en la cruda realidad de la región del sertón, la película de Marília Rocha, Aboio (2005), sorprende sobre todo por su tono de lamento onírico. Las imágenes en Súper-8 y los primeros planos -que crean configuraciones visuales abstractas-, junto con la banda sonora, son decisivos para situar Aboio fuera del campo del verismo cinematográfico y alejarlo del reportaje periodístico. Su estilo rompe con la tradición y establece un nuevo marco para el cine documental brasileño. Además, captura la práctica oral en extinción utilizada por los vaqueros que cantan mientras conducen al ganado por las veredas; a través de ese canto sin palabras -con su frase final de exhortación- el vaquero se comunica con la boyada, enviándola al pasto o al corral, entonando lo que José de Alencar llamó "himno sublime a la añoranza".

-Eduardo Escorel, cineasta y docente-

Premios (Selección)

Premio a la mejor película brasileña
Festival Internacional de Documentales É tudo verdade. Sao Paulo, Brasil, 2005.

Mejor película
Festival Internacional de Cine Etnográfico. Rio de Janeiro, Brasil, 2005.

Festivales (Selección)

Festival Internacional de Cinema de Guadalajara, México.
Festival Internacional de Cinema de Karlovy Vary. República Checa.
Encuentros Internacionales de Documentales. Montreal, Canadá.
Festival Internacional de Cine de Río de Janeiro, Brasil.